En Euskadi se producen diez intentos de suicidio cada día, aunque son dos a la semana los que se consuman y se pueden acreditar. Un total de 182 personas fallecieron por suicidio en 2019 (3.679 en el conjunto del Estado), según reflejan las estadísticas del INE. Es la "punta del iceberg", asegura Agustín Erkizia, quien recuerda que en 20 años se han triplicado (de 2.000 a 6.000) los fallecimientos que engordan la bolsa de los accidentes repentinos en las estadísticas oficiales. "Muchos de ellos suicidios" que no se han podido determinar con certeza y cobran forma de ahogamientos y todo tipo de accidentes, incluso de tráfico.

La mayoría de los suicidios los cometen personas mayores, de muy avanzada edad, pero no hay estrato social, ni franja de edad que se libre, incluso menores de 15 años en algunos casos. La conclusión final es que nadie está a salvo de esta pandemia silenciada: el suicidio casi duplica las muertes por accidentes de tráfico y es la principal causa de muerte entre los 15 y 29 años.

Existen factores de riesgo, como pueden ser la depresión y los trastornos de personalidad, las conductas adictivas, el desarraigo o la soledad, acontecimientos vitales críticos, enfermedades crónicas que causan dolor, pero en otras muchas ocasiones el suicidio no es atribuible a ninguno de estos factores de riesgo, ni a causas concretas. Simplemente aparecen y destrozan vidas sin que quizá lleguemos nunca a comprenderlo.

Es un problema "multifactorial, complejo", al que las instituciones apenas están asomando. El Gobierno Vasco anunció una estrategia contra los suicidios en junio de 2019, justo antes de la pandemia, pero la "escabechina" no cesa y las penas se lloran en soledad.

NOTICIAS DE GIPUZKOA abre una puerta a esta cruda realidad, oculta tras frías cifras que se destapan cada 10 de septiembre con motivo del Día Internacional Contra el Suicidio, una especie de lotería en la que, si te toca, la vida de los que se quedan, de los allegados, puede dejar de tener sentido y pasar a pender de un hilo.

Y en este marco, damos comienzo a una serie de reportajes que abordan el suicidio desde un nuevo prisma, el del análisis y la búsqueda de soluciones.

Esta iniciativa quiere también abrir una ventana al lector, a la sociedad, a través de un correo electrónico: en este buzón recogeremos toda aportación, sugerencia, crítica y/o perspectiva que nos aportéis. Será una guía para futuros enfoques y realidades relativas al suicidio y también de otros temas de interés. Una labor compartida.