Desde la pasada madrugada ya no hay toque de queda, menos apuros para llegar a casa y más posibilidades para alargar los paseos, si el tiempo lo permite. En las calles se notaba ayer cierto relajamiento y más movimiento, algo a lo que contribuye el hecho de que los bares puedan permanecer abiertos hasta las 22.00 horas y no sea obligatorio consumir solo en el exterior de los establecimientos. Aunque fueron los jóvenes quienes disfrutaron de la madrugada, gentes de todas las edades se decidieron a prolongar un poco más su estancia en la calle, una forma de estrenar que ya no hay horario de vuelta oficial y obligado. En la lucha contra el covid, la pelota está en el tejado de todos.
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