En Euskadi había hasta los años 90 una tendencia o tradición de estudiar Farmacia en Salamanca, pero a finales de los 80 la UPV/EHU creó en Gasteiz la facultad de Farmacia y la realidad es que hoy, cuatro décadas después, "muchísimos de los estudiantes que han estudiado aquí regentan las farmacias que tenemos en todo Euskadi". Mirari Ayerbe (Donostia, 1968) es desde el 10 de marzo la nueva decana de una facultad que con la crisis del covid-19 ha ganado visibilidad.
Supongo que sería injusto limitar la profesión a la primera línea de atención en farmacia.
-Aunque sí es verdad que el porcentaje mayoritario de las personas que se forman en Farmacia trabajan en esos establecimientos en los que nos atienden, hay otro número importante de salidas profesionales. Gente que se dedica a la investigación, a desarrollar nuevos fármacos, como ahora todos podemos ver. Hay gente que se dedica a apoyar a las oficinas de farmacia en las distribuidoras, los farmacéuticos que trabajan en los hospitales y gente que se dedica a la formación, pero casi un 70% se dedican a la dispensación de medicamentos en las oficinas de farmacia.
Con esta pandemia, ¿cree que se puede visibilizar ese trabajo oculto? ¿No cree que es un poco desconocida toda esa labor que hay detrás de la atención en farmacia?
-Yo creo que en cuanto a visibilizar la profesión farmacéutica en su conjunto, el covid, indudablemente, está teniendo su importancia, pero me gustaría destacar precisamente esa primera línea. Hoy en día, cuando tenemos un problema de salud y llamamos a un centro de salud, nos atienden telefónicamente. Pero lo que está claro es que el profesional sanitario que no ha dejado de atender en ningún momento a ninguna persona, el que ha estado siempre ahí, es la farmacéutica. Pero detrás de esa línea de atención al público, hay una labor muy larga, dura y costosa de muchos profesionales.
¿Se refiere a la producción de medicamentos?
-Lo que hemos visto en esta pandemia es que estos medicamentos pueden estar disponibles en el mercado para atender a las personas en un tiempo récord, pero esto no es lo normal. Pero desde luego, hay muchísima investigación básica y aplicada detrás de todo esto, de años y años de investigación. Y ahí, farmacéuticos y farmacéuticas, químicos, médicos, ingenieros... El número de profesionales y profesiones que están detrás del desarrollo de esos medicamentos es ingente, pero los farmacéuticos y farmacéuticas son los especialistas. Son los que conocen cómo interacciona un medicamento con el organismo vivo, con la diana terapéutica, cómo hay que modificar tanto las moléculas activas como todo lo demás que compone ese medicamento, cuáles son las vías de administración, cómo administrar ese preparado para que sea lo más efectivo posible...
¿A nivel investigador, cómo estamos en Euskadi?
-Este es uno de los centros de investigación más importantes de la UPV/EHU. Hay unos equipos de investigación punteros y muy reconocibles a nivel mundial. Tenemos unos 40 grupos de investigación, de todo tipo, básica y aplicada, de muchas disciplinas, como son las ciencias ambientales y la tecnología de los alimentos también, pero en el mundo del medicamento, tenemos equipos que se dedican al descubrimiento de nuevos posibles fármacos, a terapia celular, a hacer encapsulaciones de todo tipo para mejorar la distribución de los medicamentos.
Uno de los retos de su facultad es el nuevo grado de Farmacia y Dietética y Nutrición Humana. Hábleme de esta iniciativa.
-El próximo curso vamos a empezar el tercer curso. Esta iniciativa responde a algo que ocurría aquí: por un lado, la especialización de las farmacéuticas en el mundo de la nutrición es algo que ya se ve. Hay farmacéuticas que se dedican a dar consejo y apoyo farmacéutico-nutricional a su clientela y sus pacientes. Y lo veíamos en el alumnado, que después el grado de Farmacia, algunas estudiaban en grado de Nutrición Humana y Dietética. Es como dar una respuesta a algo que ya se estaba dando.
¿Es la alimentación la medicina del futuro?
-No es la única, pero es una de ellas. Esto de somos lo que comemos, lo llevamos escuchando toda la vida y tenemos muy claro que esto es así. Sobre todo, una mala alimentación es el presente de un futuro con mala salud casi seguro. Tenemos que buscar, por un lado, unas dietas y pautas de alimentación saludables, y por otro, teniendo en cuenta la forma de vida actual, unas formas de conservar y de procesar los alimentos que faciliten que después cada uno de nosotros, nos podamos preparar una comida saludable de una forma rápida, cómoda y fácil.
En el deporte hemos experimentado en la última década un boom de la alimentación, una revolución que ha optimizado el rendimiento. ¿Qué opina?
-Precisamente, el de las dietas para deportistas es un campo que tiene mucho futuro y es algo que anda por mi cabeza, pero ni siquiera he hablado con mi equipo decanal, ni con compañeros de las facultades que nos rodean. Pero yo creo que es un campo que habría que intentar explorar, ya que tenemos aquí la facultad de Educación y Deporte y el grado de Nutrición y Dietética, y yo creo que sí sería una posibilidad y estaríamos en buena disposición de pensarlo, un doble grado que aunara nutrición y deporte.
Y cada vez hay una asociación mayor entre la alimentación y enfermedades que nos inquietan mucho a todos, como es el cáncer.
-Pues sí, es una de las enfermedades que más nos preocupa. Lo que sabemos del cáncer... Yo no diría cáncer, sino pacientes de cáncer y la evolución en cada paciente es diferente. Somos sistemas muy complejos, de infinidad de variables. Y en el cáncer se dan muchas circunstancias muy diferentes. De las terapias personalizadas se lleva hablando mucho tiempo; hoy en día es más fácil un análisis genético de cada cáncer, de cada persona y ver qué es lo que ocurre dentro de esa persona y qué es lo que ha provocado que se desarrolle ese cáncer de esa manera y qué es lo que puede atajarlo.
¿Y la farmacia también tiene que ver ahí, además de los médicos?
-Sí, sí. Es evidente; es un trabajo en el cual hay que trabajar todos juntos, porque se pueden saber cuáles son las alteraciones genéticas que han hecho que se desarrolle un cáncer en una persona. El desarrollo de los fármacos y los medicamentos lo llevan a cabo los químicos-médicos, y los farmacéuticos también. Hay ya muchos medicamentos desarrollados que sabemos cómo actúan y una vez que analizamos qué le está ocurriendo a una persona, podemos saber cuáles son las moléculas, de esas que ya tenemos desarrolladas y sabemos que se pueden administrar, que son las más adecuadas para cada persona.
Usted es donostiarra. ¿Qué le parece la apuesta biotecnológica de Gipuzkoa y qué puertas puede abrirnos?
-Es una de las áreas principales de desarrollo. Yo creo que en Donostia hay unos polos de conocimiento importantísimos, creo que una de las figuras importantes que ha provocado eso, que crezcamos, aprendamos, nos formemos y atraigamos a más personas, ha sido Pedro Miguel Etxenike. Yo creo que ha sido como un faro que ha atraído más y más científicos, y no solamente de la física, sino de todas las áreas. El establecimiento del polo tecnológico en Miramon primero, que se ha ido desarrollando, yo creo que es muy interesante, porque de ahí surgen ideas que después pueden desarrollar empresas, que pueden ser en un principio pequeñas, pero que pueden crecer y aportar mucho valor económico, empresarial e industrial al territorio y a Euskadi.
¿Cree que esa apuesta por la biotecnología derivará a más gente hacia la investigación y reducirá ese 70% de farmacéuticos que atienden en primera línea?
-Sí, es posible que al haber nuevas oportunidades de desarrollo profesional asociadas a estas empresas biotecnológicas, parte del alumnado que se forma en las universidades opte por esos caminos y tenga oportunidad de desarrollarse por esos caminos, pero no creo que vayamos a invertir ese equilibrio, porque la atención farmacéutica es primordial. Además, hay mucha gente a la que le gusta atender a sus clientes-pacientes. Hay que valorizarlo. El conocimiento que tiene y la atención y el consejo farmacéutico que se puede dar es fruto de una buena formación.
¿Qué le podemos pedir y qué no a un farmacéutico o farmacéutica?
-Pedir es libre, pero lo que está claro es que la farmacéutica que te va a atender en tu farmacia de confianza sabe hasta dónde te puede aconsejar del uso de un medicamento y sabe cuándo te tiene que derivar a un centro de salud. Si tienes una dolencia, un malestar, un dolor de cabeza, muscular, una mala digestión..., este tipo de molestias, pues nos van a poder aconsejar sobre algún preparado farmacéutico que nos ayude a aliviar el problema. También nos puede dar pautas sobre una buena alimentación, una buena higiene del sueño y pautas que nos ayudan a mantenernos con una salud razonable. También nos asesoran en el cuidado de la piel e infinidad de cosas. Saben mucho. Hasta de psicología saben; la formación que recibe una farmacéutica es de muchas disciplinas y muy completa, así que no tengamos miedo de ir a ese profesional de la salud que nos va a atender de mil amores.