La tasa turística que el Gobierno Vasco quiere implantar para el próximo 2026 será un impuesto de alcance autónomico y de aplicación general en todo Euskadi, por tanto, pero funcionará como una tasa municipal, de modo que los propios ayuntamientos podrán bonificarla en la cuantía que deseen, incluso al 100%: es decir, no cobrarla; o recargarla cuanto deseen y encarecerla. El margen de maniobra será muy amplio, por tanto.

Este martes se ha reunido en Vitoria la Mesa de Turismo de Euskadi en la que se ha abordado la implantación del impuesto a las estancias turísticas, la creación del registro y ventanilla única del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana y la situación del anteproyecto de Ley de Turismo.

El consejero de Turismo, Comercio y Consumo, Javier Hurtado, ha explicado que tras analizar las posibles vías para instaurar una tasa turística se ha determinado que tendrá la forma de un impuesto municipal a través de una norma foral aprobada por las Juntas Generales.

"Especifidades propias"

Esa norma "busca tener carácter homogéneo" en los tres territorios históricos, ha añadido. El impuesto a las estancias turísticas será de aplicación general pero contemplará "especificidades propias en función de la planta alojativa de los municipios" y habrá "margen a la autonomía municipal".

Así, los ayuntamientos, que se quedarán con la recaudación íntegra de esta tasa, podrán aprobar bonificaciones que lleguen al 100 % (es decir que el impuesto no se abonará) o recargos si lo consideran necesario.