l confinamiento de la pasada primavera y las limitaciones en los desplazamientos desde el inicio de la pandemia han hecho que los robos en los domicilios se “desplacen” a las segundas residencias, con especial incidencia en las situadas en la costa. Así lo explica un informe elaborado por la patronal española del sector, Unespa, con datos aportados por 27 aseguradoras, que analiza 78.000 robos perpetrados en viviendas aseguradas entre el 1 agosto de 2019 y el 31 julio de 2020.

Entre las conclusiones del informe también se aprecia el incremento del coste de los robos en estos hogares, ya que la indemnización media pagada por una aseguradora en España por ese motivo se situó en 1.333 euros.

“Mientras un ladrón que entra en un piso en una ciudad intenta actuar con rapidez para evitar ser descubierto por los vecinos y se lleva objetos de valor pero poco voluminosos”, en inmuebles de veraneo y residencias aisladas los delincuentes tienen más tiempo para “trabajar”, lo que se traduce en robos de mayor cuantía.

Por provincias, prácticamente todas las que registran una probabilidad de sufrir un robo mayor se encuentran en la costa, concretamente en el litoral mediterráneo. A ellas se suman Toledo y Guadalajara, que destacan por su proximidad a Madrid.

Por el contrario, las provincias o ciudades autónomas donde estos robos son menos probables son Ceuta, Las Palmas y Teruel.

Gipuzkoa y Araba también salen bien paradas, puesto que en ambos territorios la incidencia ha caído como consecuencia de las limitaciones.

En cuanto al coste de los robos por localidades, la clasificación la encabeza Pozuelo de Alarcón, en Madrid, con 2.602 euros, al que le siguen Marbella (2.504 euros) y Alcobendas (2.333 euros).