- ¿Cómo están?

Yoana: -Estábamos esperando a que llegara este momento (el juicio) y ahora que llega, pues es duro. Tenemos muchos nervios... y miedo.

Juanjo: -Es una mezcla de sentimientos bastante duros€ otra vez retomar todo. Y sobre todo, incertidumbre, a ver qué va a pasar, después de dos años que llevamos intentando que se haga justicia, entre comillas, para mi hermano. Y ahora ya está el juicio aquí, en unos días. Esperemos que se haga esa justicia. Por lo menos, un mínimo de justicia. Es que, ¿cuánto vale una vida humana?, ¿cuánto vale la vida de mi hermano?

Pero es fundamental pasar por esto, a nivel emocional, digo.

Yoana: -Es necesario que llegue este momento y que podamos empezar un duelo. Ahora mismo, estamos con la rabia, el qué pasará, qué no, y necesitamos ya cerrar esta etapa para poder seguir con nuestro duelo y nuestra tristeza, que siempre ha estado ahí pero es cierto que la rabia está todavía muy presente.

Juanjo: -Hemos estado mucho tiempo ahí, pidiendo el juicio, el juicio, que se haga justicia, y cuando llega€ Va a ser muy duro, porque además tenemos que testificar y el aita también.

Más allá de la asesoría legal, les habrán alertado sobre a qué se pueden enfrentar a nivel emocional. ¿Qué consejos les dan para proteger su integridad emocional?

Yoana: -Los consejos psicológicos, lógicamente, es que ni escuchemos, ni oigamos nada de lo que se dice, porque al final serán palabras duras.

Juanjo: -Se van a escuchar muchas cosas y posiblemente de las cosas que salgan, habrá mentiras, porque el acusado puede mentir. Los que no podemos mentir somos los testigos.

Es probable que les pida disculpas. ¿Lo han pensado? ¿Le creerían?

Juanjo: -Disculpas seguramente las pedirá y ya está. Pero lo que hay que entender es que la acción que ha tenido este hombre acabó con la vida de un ser humano. Cuando tú matas a alguien, no se puede quedar en un lo siento. Tiene que haber algo más. Y lo que estamos pidiendo es 15 años, más cinco por agravantes, porque creemos que ha sido con alevosía y con razones de género. Es lo que vemos y es lo que pedimos. Y de ahí para abajo, pues posiblemente sería un varapalo para todos. Mi hermano ya está muerto, el único que tiene derechos ahora es el acusado.

Así es... Tiene que ser difícil.

Juanjo: -Mi hermano no tuvo ninguna oportunidad, estaba hablando, vino un descerebrado por la espalda, le pegó un golpe en la cabeza y las heridas fueron mortales de necesidad. Y ahí se le acabó la vida, con 28 años. Eso no se puede consentir. Y nosotros lo que hemos tenido es la fuerza para que se haga justicia para él. Lo que estamos haciendo es en su nombre, y en el nuestro también, porque somos víctimas colaterales.

Me puedo hacer a la idea.

Juanjo: -La casa de mi madre sigue siendo muchas veces un tanatorio. Yo por eso a veces subo un rato y me voy, porque al final me hundo también. Nosotros llegamos a casa y lo llevamos con nuestros hijos lo mejor posible, pero mis padres, cuando llega una hora, se quedan solos en casa. Y Asier vivía con ellos.

Me dijeron, cuando les pedí una cita, que estaban agotados psicológicamente y que tenían que pensarlo. ¿De dónde sacan las fuerzas?

Juanjo: -Así es y hemos tenido que decir que no también y dosificarnos, porque no podemos estar como hasta ahora, entrevista tras entrevista, porque realmente no tenemos fuerza. Y ahora tenemos que guardar las fuerzas que nos quedan y estar pensando en lo que estamos pensando.

Se lo agradezco.

Juanjo: -Estuvimos considerando no salir, pero ya que hemos llegado hasta aquí, pues vamos a hacer las cosas. A ver si el juicio sale favorable, pero luego, aparte del juicio, estamos pidiendo al Parlamento Vasco que se reconozca como violencia de género.

¿La lucha continúa entonces?

Juanjo: -La pelea no ha terminado. Incluso empieza otra ahora. Nosotros queremos una condena ejemplarizante también; aparte que le caigan los 15 años, cinco más por agravantes, que salga en el juicio que ha sido por una razón de género.

¿Cómo está esa iniciativa para cambiar la ley de violencia de género?

Juanjo: -Pues muy bien, la verdad. El Ayuntamiento de Urnieta ha sido la primera institución que ha reconocido a Asier Niebla como víctima de violencia de género. Ha hecho un acuerdo, que ya estará tramitado en el Parlamento Vasco y luego irá al Gobierno central. Lo que queremos dejar claro es que nosotros estamos buscando que se reconozca a las víctimas colaterales, y eso no quiere decir a los hombres..., no, no, no. El Ayuntamiento ha firmado un acuerdo para reconocer a las víctimas colaterales. Una víctima colateral puede ser una mujer también. Por ejemplo, hace poco hubo un caso en Euskadi que mató a la mujer y a la hija también se la llevó por delante. Y solo contaba con la madre como víctima de violencia de género.

Pero en este juicio eso ya no les vale.

Juanjo: -Nosotros la violencia de género, en este juicio no la vamos a tener, pero estamos al menos luchando porque se reconozca oficialmente a Asier, porque creo que lo merece.

¿Es posible cambiar esa ley?

Juanjo: -Cuando leímos la ley, vimos que había muchas lagunas y el Ayuntamiento de Urnieta nos puso en contacto con Sortzen, una consultoría de violencia de género. Al principio se quedaron sorprendidos por la petición, al ser un hombre, pero luego, han visto que hay algo que mover. Son los que han hecho el tema jurídico para llevar al Parlamento la ampliación de la ley. El Ayuntamiento no ha hecho solo una petición al Parlamento Vasco y al Gobierno central, sino un informe jurídico bien explicado y asesorados. No es una simple petición.

¿Les han alertado de que cuando termine esto pueden sufrir un bajón físico y emocional grande?

Yoana: -Nos lo ha dicho la psicóloga; nos lo ha explicado muy bien. Ella dice: mira, la tristeza está aquí, la tienes en la mano, y ahora mismo la rabia está encima. Y una vez que desaparezca la rabia, a ver qué es lo que pasa. Yo creo que no se llega a superar una pérdida así.

Es que les ha cambiado la vida.

Yoana: -A mí, la pequeña, que tiene seis años, me decía: ama, ¿por qué le ha tenido que pasar esto a osaba?, ¿por qué a él? ¿Y cómo le explicas a una niña de seis años que su osaba, que estuvimos una semana con él de vacaciones justo antes, con todos los sobrinos, hermanos y padres, cómo le explicas que de la noche a la mañana se pone muy enfermo y está en el hospital y no lo vuelven a ver?

Juanjo: -Y ojo, los dos meses que hemos pasado en el hospital... todos los días para arriba y para abajo, durmiendo allí, turnándonos para ir a trabajar. Parecía que salía, parecía que no salía, parecía que estaba muy mal, parecía que estaba mejor...

Yoana: -Más que físico, era mucho psicológico.

Juanjo: -Pero luego, haciendo balance, desde el primer momento ya nos dijeron que no sabían ni cómo podía respirar solo, porque normalmente se tenía que haber quedado en el sitio. Yoana: -El neurocirujano nos dijo que era un chico sano y fuerte y que por eso habían decidido operarlo. Si no, ni lo hubiesen intentado.

Juanjo: -Tenía unos infartos muy fuertes en el cerebro. A mí me llegaron a decir que lo que se veía en el escáner era catastrófico, pero luego cuando sales, ves que pasa una semana, y otra, y otra... y crees en el milagro. También es donante de órganos. Yo creo que puede ser importante decirlo y que ha servido para algo que donásemos los órganos de Asier y que le hayan ayudado a alguien.

¿Tienen más la cabeza en el día 9, que empieza al juicio, o el 16, cuando termina?

Juanjo: Yo estoy en el 14, porque nos toca testificar. No sé lo que pasará.

Van a verle...

Juanjo: -Si queremos, le vemos; es decisión nuestra, pero si queremos no verle, hay que pedirlo con antelación.

Supongo que hay una lucha interna.

Juanjo: -Yo no querría verlo ya en la vida, pero luego igual voy a arrepentirme de no haber estado allí y haberle dicho: mira, estamos aquí y Asier no se merecía esto. Decírselo por lo menos en esos dos segundos que estemos fuertes y luego ya, lo que venga.

Yoana: -Y que vea que estamos luchando por Asier.

Tienen mucho apoyo de la gente y el pueblo. ¿Lo sienten?

Yoana: -Mucho. Porque si estuviésemos a la contra de todo... El pueblo entero y el Ayuntamiento de Urnieta. Y el de Donostia también.

Juanjo: -Y todos los partidos nos han apoyado y nos han dado una gran fuerza y son los mismos que, cuando llegue al Parlamento, van a tener el acuerdo para poder ampliar la ley. Y lo repito: ampliar la ley. Es decir, queremos que siga como está, y ampliarla para reconocer a las víctimas colaterales, hombres y mujeres.

"No queremos cambiar la ley de violencia de género, sino ampliarla a las víctimas colaterales"

"Creemos que ha servido para algo que donásemos los órganos de Asier y le hayan ayudado a alguien"

Hermano de Asier Niebla

"El consejo de la psicóloga es que ni escuchemos, ni oigamos lo que se pueda decir en el juicio"

"Estamos con la rabia aún, pero es necesario que llegue este momento y podamos hacer un duelo"

Hermana de Asier Niebla