n comunicado de denuncia de ELA comenzaba hace unos días diciendo cómo es la situación actual de las residencias de Gipuzkoa. La situación es dramática y se debe denunciar, en eso todos estamos de acuerdo. Pero lo que también tenemos claro es que no se pueden usar a las trabajadoras para beneficio propio y propaganda sindical, por lo que se deben decir verdades para no ir en contra de la clase trabajadora.

ELA denuncia el incumplimiento del derecho a la salud, vida e integridad física de las trabajadoras y exige a las direcciones que cuiden a su plantilla, que exijan pruebas para todas y EPI necesarios para trabajar, que se cumplan protocolos…

Algunas trabajadoras nos enteramos por la prensa de la demanda interpuesta a nuestro centro, la residencia Argixao de Zumarraga, y preguntamos a una de las delegadas sindicales de ELA. Ella nos remitió a hablar con la responsable de este sindicato de las residencias del Goierri, y esta nos negó la información. Bien, pues para aclarar dudas y alarmas que habrán creado en muchas personas, y sobre todo, en los familiares que están directamente afectados por esta situación, queremos dar detalles al respecto mediante los siguientes puntos:

Como ya ha sido aclarado en algunos medios, las pruebas a residentes y trabajadoras ya han sido realizadas y quedan muy pocas en proceso de resolución. Sabemos que la situación es complicada y que no estamos trabajando como deberíamos y nos gustaría. Debemos pedir responsabilidades pero teniendo claro a quién. Estamos de acuerdo en que este siempre ha sido un sector que ha estado muy abandonado y, ante esta situación de crisis, el apoyo institucional debería ser mayor. Queremos manifestar que, ante un momento de crisis como el que nos encontramos, las personas que denuncian a nuestro centro no han realizado una crítica constructiva, no han demandado más información ni formación de la que ya se ha hecho. En contraparte, queremos gradecer al resto de trabajadoras que sí lo han hecho y siguen dando lo mejor de sí mismas, creciéndose ante las dificultades, algo que se está comenzando a visibilizar en todos los medios pero que aún debe reconocerse como se debería.

En cuanto a los EPIs: sabemos que no ha llegado el material adecuado ni la cantidad necesaria por parte de las instituciones pertinentes (responsables del stock de material a nivel provincial) y que la Diputación tampoco lo ha hecho de una manera adecuada. Sin embargo, sí tenemos que reconocer todo el esfuerzo y trabajo que han realizado y continúan haciendo muchos trabajadores, entre ellos todo el equipo de Farmacia de Matia Fundazioa, así como todos los que han apoyado al servicio, ya que, ante la escasez de las instituciones, se han roto los cuernos para equiparnos de la manera más segura dentro de sus posibilidades, entre otras cosas con la compra de mascarillas en China. Además, ha habido personas de la organización que han estado revisando protocolos actualizados día a día por el Ministerio de Sanidad y otras instituciones, trabajando sin horario. Entre ellas, la directora médica y la directora de Enfermería Residencial de Matia Fundazioa, que han estado trabajando in situ y codo con codo con el equipo referente en este tema en el centro, que son la directora, la médica residencial y la enfermera referencial. Todos ellos se han preocupado por nosotros en todo momento. En ningún momento ningún delegado de ELA ha presentado aportaciones a este grupo para mejorar los protocolos.

Por último, también debemos aclarar que hemos tenido el apoyo del servicio de hospitalización a domicilio del Hospital de Zumarraga desde el primer momento. En todo momento se ha realizado un trabajo en conjunto y los casos se han tratado por parte del personal del centro, así como del mencionado servicio de Osakidetza.

Visto lo visto y siendo muy conscientes de todo el esfuerzo que estamos realizando todas las trabajadoras, aprovechamos estas líneas para revindicar unos derechos laborales dignos. Ya es hora de que tengamos un convenio y unos ratios dignos, ya que esta situación se ha soportado, de mejor o peor manera, por el gran esfuerzo de todas las trabajadoras. Estamos perdiendo la salud en nuestros puestos de trabajo y por ello pedimos responsabilidades. Pero ELA, ¡no todo vale! No queremos que nadie rentabilice esta catástrofe y decimos todo esto sin dejar de denunciar la desprotección que desde hace muchos años, en los sectores del cuidado, sufrimos por parte de las instituciones y del sistema en general. Tenemos claro que estamos a favor de un sistema público e integrado, no abandonado como hasta ahora; y ante el hecho de que esta situación tan delicada sea usada para beneficio e interés propio, las trabajadoras no incluidas en dicha demanda ¡nos plantamos! Ya está bien de ostentación e injusticias.

35 trabajadoras de la residencia Argixao de Zumarraga, entre ellas ocho que están enfermas y aisladas en casa