donostia - La discapacidad tiene una incidencia elevada en Gipuzkoa: 104 de cada 1.000 habitantes mayores de seis años en el territorio sufren algún tipo de discapacidad, frente a 99 de cada 1.000 en la CAV y 85,5 en el Estado español. Según los últimos datos del Gobierno Vasco, en el territorio residen unas 54.500 personas con discapacidad reconocida y 9.200 de todas ellas (17%) viven solas, lo que representa una dificultad añadida en su día a día. No solo en su hogar, sino en numerosas facetas de su vida. Hablamos de acceso a edificios públicos, hospitales y medios de transporte cotidianos.
La sociedad envejece, las barreras persisten y por ello el Gobierno Vasco aprobó ayer la nueva Estrategia Vasca de Accesibilidad Universal, una herramienta con 41 líneas de actuación en distintos ámbitos y que persigue el objetivo de dar a la accesibilidad una dimension global, no solo de retirada efectiva de barreras arquitectónicas.
El objetivo es hacer que la accesibilidad se convierta en un "elemento básico y transversal en la gestión pública", "un derecho más de la ciudadanía", indicó el Gobierno Vasco. Otro reto es "mejorar la sensibilización y concienciación del conjunto de la sociedad sobre los colectivos especialmente afectados, como las personas con discapacidad o dependencias y las personas mayores".
Un dato: en un estudio realizado en 2017 por Elkartu, la Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Gipuzkoa, se constató que en el 47% de los viajes realizados, las personas con discapacidad tuvieron problemas para validar el billete; y casi uno de cada cinco (18%) no pudo hacerlo de manera autónoma.
Otro ejemplo: en Gipuzkoa hay casi 3.900 personas con deficiencias visuales severas y, sin embargo, en el mismo estudio se estableció que el 93% de los autobuses no disponían de la información adecuada en braille, ni en ningún otro sistema accesible para estas personas.
Aún hoy, pese a los avances producidos en los últimos 20 años de vigencia de la Ley de Accesibilidad, el número de personas con problemas sigue creciendo. Lo hace en todos los territorios. En Euskadi, más allá de las 169.400 personas con discapacidad acreditada, se estima que son un total de 235.800 las que sufren algún tipo de limitación o dependencia en su vida cotidiana; y de todo ellos, casi 40.000, un 17%, tienen una limitación total o grave. Así se desprende de la última Encuesta de Necesidades Sociales del Gobierno Vasco.
En la mayoría de los casos (en un 36,2% concretamente), estas dificultades están directamente relacionadas con la vejez. Y sí, el problema va a más, puesto que Gipuzkoa y Euskadi cuentan ya con un 22% de población mayor de 65 años y casi un 11% mayor de 75.
El diagnóstico que incorpora la Estrategia concluye que el 37,4% de personas en situación de discapacidad encuentra alguna dificultad en los transportes públicos, que el 57% de las viviendas del País Vasco presenta algún déficit de accesibilidad y el 30% de los edificios que las acogen carecen de ascensor (dato de 2016).
viviendas y hospitales De hecho, en la última Encuesta de Necesidades Sociales, un 9% de los hogares vascos indican que necesitan un cambio de vivienda para mejorar su accesibilidad, lo que significa que unas 11.000 familias no encuentran una solución válida en su actual hogar. Eran 5.926 las que sentían esa necesidad en 2008.
La nueva estrategia se concretará en sucesivos planes de acción cuatrianuales que contemplan cuestiones como garantizar la renovación y permanencia de los planes municipales de accesibilidad, adecuar a la accesiblidad los pliegos de condiciones de los contratos administrativos o especializar juzgados en los ámbitos de accesibilidad y derechos de las personas con discapacidad.
Un cambio de paradigma. Tampoco se libran de los problemas los edificios públicos. En un estudio del Ararteko en 2017, se concluyó que los hospitales de la propia CAV cuentan con importantes problemas de accesibilidad. Según este diagnóstico, el 32% de las aceras en los itinerarios a los centros de salud pública de Euskadi no cumplen con el ancho mínimo de paso, y la mitad dispone en su trayecto de obstáculos que obligan a que las personas con movilidad reducida tengan que transitar por la carretera.
Además, el 38% de las rampas de acceso no cuentan con pendientes adecuadas y "no se dispone de señalización en braille, ni franjas guía de dirección para personas con discapacidad visual en ninguno de los hospitales". Salas de espera sin plazas reservadas para personas usuarias de sillas de ruedas en un 84% de los casos y apenas un 14% de vestuarios acondicionados para las personas con problemas de movilidad son parte del mismo escenario.
En su análisis, el Gobierno Vasco recuerda, eso sí, que muchos hospitales y centros de salud, heredados en 1987 del antiguo Insalud (el Hopital Universitario de Donostia es de 1960), son anteriores a las normativas de aplicación más recientes, y no están debidamente adecuados.
Por ello, el abordaje de la accesibilidad en estas infraestructuras, asegura Lakua, requiere de "compromiso en un esfuerzo sostenido a lo largo de los años que posibilite superar los obstáculos aún existentes".