donostia - El joven acusado de violar a una chica de 16 años el 27 de junio de 2017, durante las fiestas de San Pelayo de Zarautz, admitió aquel día ante los investigadores haber mantenido relaciones sexuales con la víctima, si bien aseguró que estas fueron consentidas por la menor.

Así lo manifestó ayer un agente de la policía científica de la Ertzaintza que participó en la inspección ocular del lugar en el que ocurrieron los hechos: una antigua carpintería abandonada, conocida popularmente como la casaza, que en aquellas fechas se encontraba en estado ruinoso a la espera de ser derribada, y a la que ambos jóvenes acudieron a primeras horas de la mañana, tras haberse conocido aquella madrugada en la zona de bares de la localidad costera.

Este agente fue uno de los testigos que declararon en la tercera jornada del juicio que tiene lugar desde el pasado lunes en la Audiencia de Gipuzkoa contra un joven para el que la Fiscalía y la acusación particular, que ejerce la víctima, solicitan nueve años de cárcel por un delito de agresión sexual.

La defensa del acusado reclama su libre absolución, si bien hasta el momento el procesado no ha ofrecido su versión de los hechos ya que al comienzo de la vista solicitó declarar el último día del juicio.

No obstante, uno de los ertzainas que testificó ayer avanzó, en cierto modo, la estrategia de defensa al recordar que, al término de la inspección ocular en la que localizaron un preservativo, su envoltorio y unas bragas, el procesado le pidió expresamente que incluyera en el acta que sí había mantenido relaciones con la chica pero que “habían sido consentidas por ambos”.

Este policía y otros dos compañeros que también participaron en la misma diligencia han descrito “la casaza” como un lugar “peligroso” por las malas condiciones de seguridad en las que se encontraba y de muy difícil acceso ya que para entrar había que salvar una valla “jugándose la integridad” y después dos puertas cerradas, la primera de las cuales era necesario “saltar”, mientras que para superar la segunda era preciso entrar por el tejado. - Efe