En muchas ocasiones los méritos contraídos por destacadas personalidades son reconocidos antes fuera de casa que en el propio hogar. Y algo de eso es lo que le ha pasado al prestigioso matemático eibarrés Enrique Zuazua, que ayer mismo recogió el premio Txopitea eta Pakea; el máximo reconocimiento que el Ayuntamiento de Eibar concede desde 1998 a los ciudadanos o agrupaciones más importantes o ilustres de la ciudad en diferentes ámbitos.

Profesor en prestigiosos centros académicos como la Universidad de Minnesota, el Isaac Newton Institute de Cambridge o la Universidad Pierre et Marie Curie de París, Zuazua recibió “muy agradecido” la réplica de la escultura que el inigualable Jorge Oteiza dedicó al recordado artista eibarrés Daniel Txopitea (la original está en el parque situado frente al ambulatorio); un más que merecido premio que le llega tras haber obtenido numerosos galardones de primer nivel en su dilatada trayectoria.

No en vano, en 2006 obtuvo el Premio Euskadi de Ciencia y Tecnología, en 2007 el Premio Julio Rey Pastor en Matemáticas y Tecnologías de la Información y Comunicación y el pasado 9 de mayo la cátedra Alexander von Humboldt; el galardón más importante que se concede en Alemania a investigadores de prestigio a nivel mundial. El matemático eibarrés (colaborador de NOTICIAS DE GIPUZKOA) recibió ese último reconocimiento como el mejor matemático en Matemáticas Aplicadas.

Sea como fuere, el alcalde de la ciudad armera, Miguel de los Toyos, inició la ceremonia para la entrega del premio Txopitea eta Pakea reconociendo que “quizás hemos tardado demasiado tiempo en hacerlo”, a lo que añadió que “nunca es tarde si coincidimos en que este reconocimiento a Enrique Zuazua es justo y necesario”. Durante su intervención, el primer edil también subrayó “la impecable trayectoria en Euskadi y a nivel internacional, la enorme calidad humana, la labor de embajador de Eibar que hace allá donde va y la capacidad de divulgación desde la humildad” del galardonado.

“Un gran honor” Enrique Zuazua consideró “un gran honor” recibir el premio Txopitea eta Pakea; un reconocimiento que cree que “no llega tarde porque en Eibar hay muchas personas ilustres que se lo merecen igual o más que yo” y que quiso compartir “con todas esas generaciones de eibarreses que se han dedicado a la creación”. Arropado por numerosos familiares, amigos y personas que han compartido labores profesionales con el homenajeado en diferentes ámbitos y etapas, Zuazua aprovechó su discurso para citar, entre otros aspectos, “el ambiente irrepetible pero de difícil explicación” de su ciudad o “el hacer para compartir inherente a la persona eibarresa”; al mismo tiempo que reconoció que “por la fuerza que tiene el fútbol, que llega a todo el mundo, hoy en día es fácil ser embajador de Eibar”. Aun y todo, aseguró que cuando está fuera le gusta “decir a la gente que eso que ven a partir de un modesto equipo de fútbol es solo una punta muy pequeña de un iceberg social que es muy distinguido y que viene de muy lejos”.

Por ello, Zuazua consideró que “Eibar tiene que intentar seguir siendo referente social, de emprendizaje e innovación” y para ello abogó por “seguir trabajando esa marca Eibar”. Está convencido de que el reto es “posible”, aunque “hacen falta muchas sinergias y no olvidarnos de algo tan unido al espíritu eibarrés como el hecho de compartir”.