Malen Olalde codirige junto a tres compañeras (y amigas) el centro educativo Aiurri Montessori de Gasteiz. "Es más que un espacio educativo, es un espacio lleno de vida", reza en la página web del centro, que cuenta con dos aulas de Infantil, donde partiendo del método Montessori, los materiales están pensados para que los niños satisfagan sus necesidades de desarrollo siendo los protagonistas del proceso y respetando sus ritmos naturales. De origen donostiarra, Olalde estudió en la ikastola Amara Berri, donde le enseñaron a "tener espíritu crítico", y se formó en Londres como guía Montessori en el que sería "el curso más laborioso y motivador" de su vida.

Actualmente, nos adelanta que están realizando obras para construir el edificio que albergará las futuras aulas de Primaria.

¿En qué se basa el método Montessori?

-El método Montessori se basa en realizar un acompañamiento a los alumnos para que estos puedan desarrollar su máximo potencial en todos los ámbitos de la vida. Es diferente a la educación tradicional, se centra más en los ritmos de cada alumno, en sus necesidades y en sus intereses. El aprendizaje del niño o niña es individualizado, realizando una observación específica de cada uno de ellos y dándole en cada momento lo que necesita, aquello para lo que está preparado.

A grandes rasgos, ¿cuáles son los objetivos de este método?

-El objetivo principal es ayudar a que cada niño alcance su máximo potencial en todos los ámbitos de la vida. Las actividades promueven el desarrollo de habilidades sociales, el crecimiento emocional y la coordinación física, así como la preparación cognitiva para los futuros esfuerzos académicos intelectuales. Es más que un método educativo, es una filosofía de vida que sigue a los niños y cree en ellos, siendo viable trasladarla a todo su entorno. Implica tener fe en que en su interior el niño posee el potencial para irse construyendo a sí mismo convirtiéndose en el adulto que será el día de mañana.

¿Cómo funciona esta metodología?

-Los alumnos están apoyados por nosotros, los guías, y aprenden a ser independientes, buscando por sí solos las herramientas. A su vez, los materiales de estudio cambian, las aulas se adaptan a las necesidades de los estudiantes y las clases se convierten en un lugar donde los alumnos pueden elegir la materia que más les interesa ese día, y de este modo, trabajar motivados ante el reto al que se enfrentan.

¿Qué es lo que le convenció de esta pedagogía?

-Cuando terminé la carrera de Educación Infantil tenía claro que me interesaban mucho las pedagogías alternativas. Gracias a un libro de Rebeca Wild, Educar para Ser, conocí Montessori más de cerca y a partir de ahí comencé mi formación en este sistema. Tras estudiar en Londres, obtuve el diploma AMI de Casa de Niños en el María Montessori Institute. Es una casa que engloba al alumnado de entre 3 y 6 años.

El método se practica en todo el mundo. ¿Hay diferencias entre una escuela Montessori y otra?

-Existen diferencias, pero las bases son las mismas. El objetivo que se busca en cada una de las escuelas Montessori es el mismo, pero la cultura y las costumbres de cada lugar afectan directamente a los alumnos. Las diferencias se ven en apartados de la enseñanza como la denominada vida práctica (lavado de ropa, limpieza de suelo, orden en habitaciones), en este caso la manera de hacer estas cosas no va a ser igual en India o en Europa, por ejemplo.

¿Cómo es el día a día en Aiurri?

-Los niños y las niñas entran a las nueve de la mañana. Tienen un cuarto de hora para ir llegando y preparándose. Ellos mismos se quitan el abrigo, los zapatos y se ponen las zapatillas de casa. Tras esto comienzan las clases. Los materiales de estudio con los que trabajamos están divididos en cinco secciones, pero todos forman uno. Una de las secciones es vida práctica, labores que se realizan en casa, y otra es la sensorial, un trabajo con diferentes materiales, especialmente madera, que ayudan a desarrollar los cinco sentidos. Por otra parte, son niños que están en la edad de aprender mediante los sentidos. Fomentamos la autonomía; si necesitan algún tipo de ayuda se la damos pero el objetivo siempre es que hagan las cosas por sí solos.

En definitiva, ¿Montessori va más allá de un sistema educativo?

Exacto. De hecho, se dice que Montessori no es solo un método educativo, sino que se considera una educación para la vida.