“Si quieres vivir tendrás que dejarte violar, pero luego nadie te va a creer”
Lozano y Méndez han creado el canal de YouTube Towanda Rebels, un alegato feminista que la semana pasada presentaron en Gipuzkoa
donostia - En octubre de 2017, la periodista Teresa Lozano y la humanista Zua Méndez -ambas también actrices-, hartas de percibir la desigualdad, se unieron para crear un canal de YouTube: Towanda Rebels. Tomaron el nombre del grito de Cathy Bates en Tomates Verdes Fritos ydurante este tiempo han llevado a cabo dos campañas muy sonadas: #HolaPutero y #YoTeCreo, en defensa de la víctima de La Manada. Acaban de publicar su primer libro, #Hola Guerrera. Alegatos feministas para la revolución, y la semana pasada lo presentaron en Tolosa.
¿Qué es ‘#Hola Guerrera’?
-Zua Méndez (Z.M.): Es un libro que hemos hecho con intención de que no sea papel mojado. El título del libro, así como el de cada capítulo, es un hashtag porque queremos que crezca, se multiplique y que cada persona que sienta la necesidad de decir o de llegar hasta donde le parece que nosotras hemos llegado lo haga. Se subtitula Alegatos feministas para una revolución porque tiene la intención performativa, que nos mueva a la acción. Deseamos que su lectura sea catártica, como ha sido para nosotras escuchar a otras mujeres como Amelia Tiganus, que nos ha llevado a posicionarnos en otro lugar. #Hola Guerrera es una invitación a una revolución que no vamos a hacer con violencia o con bombas, sino con argumentos y cargadas de razón.
Acaban de comenzar los sanfermines. ¿Son un reclamo para las agresiones sexistas?
-Teresa Lozano (T.L.): Por desgracia esta fiesta se ha convertido en un símbolo por lo que le ha ocurrido a la víctima de La Manada, a Nagore Laffage y a muchas otras. No se trata de que a las mujeres nos violen en las fiestas populares, lo hacen hasta nuestros novios en nuestras camas. Lo que ocurre es que en las fiestas hay muchos ingredientes, como el alcohol, que favorecen este tipo de violaciones. Si este caso sirve para cambiar el Código Penal, que sigue siendo patriarcal, también será un orgullo para Pamplona, porque se ha movilizado mucho el movimiento feminista y ha habido una total repulsa para este tipo de agresiones desde el Ayuntamiento. No se trata de que esta víctima sea más importante que el resto, sino que es un símbolo porque nos ha sacudido a todas.
Z.M.: El movimiento feminista de Pamplona lo que ha dicho es que debemos exigir nuestros espacios. Tenemos que reivindicar que la noche, la calle y las fiestas también son nuestras. Hay que hacer mucha pedagogía en la sociedad para que haya tolerancia cero con cualquier tipo de violencia o abuso. Vamos a dejar de reírnos de las imágenes del Mundial donde una y otra vez toquetean o besan a las periodistas en directo. Las fiestas no son un ente abstracto. Están hechas por todos, si hay víctimas hay victimarios también: son los hombres de las fiestas los que están haciendo este tipo de cosas.
En su libro recogen que según el INE se denuncia una violación cada ocho horas.
-Z.M: Este año ha bajado ya a seis. Es decir, cuatro denuncias al día. Se estima que solo se denuncia entre el 20% y el 25% de las violaciones. Esto es un tema de Estado que requiere medidas específicas y urgentes. El terrorismo machista nos está asesinando, nos está violando, nos está robando a través de la brecha salarial, nos saca de espacios porque no estamos representadas como debiéramos... Las mujeres somos la mitad de la población y reivindicamos la mitad de lo que nos corresponde. Que haya una denuncia cada seis horas significa que hay al menos un violador cada seis horas. Los hombres que violan son nuestros vecinos, nuestros amigos, a lo mejor hasta nuestros hermanos... No son monstruos que salen de las alcantarillas a violar mujeres, son nuestros hombres.
T.L: Esa cifra debería verse a nivel del Gobierno como una cifra de la vergüenza y se debería hacer todo lo posible para cambiarla. Para tomar otras medidas que el Estado considera importantes se facilitan medios, se mueven las fuerzas de seguridad de un lado a otro e, incluso, se cambia la Constitución de un día para otro.
Hablan de la necesidad de cambiar el Código Penal.
-Z.M: Hay dos reivindicaciones básicas. Una es que en el Código Penal no está recogido el delito de violación como tal, se habla de abuso o de agresión. En un caso como el de la víctima de La Manada, once penetraciones en 18 minutos no son consideradas una violación, sino un abuso, porque se entiende que no hubo agresión física. ¡Cómo si no fuera suficiente agresión y violencia que te penetren por todos los orificios de tu cuerpo cinco personas en 18 minutos! Cuando la Justicia no se puede explicar y es difícilmente entendible, no es justa. Todas las relaciones sexuales que no hayan sido consentidas tienen que ser violaciones. No podemos tener sentencias como la de un abuelo que abusa oralmente de su nieta de nueve años y está condenado por abuso porque la niña no se resistió. No se da en ningún otro tipo de delito que sea la víctima la que tiene que probar que ella no consintió.
¿Hay algún modelo de legislación que les gustaría aplicar?
-Z.M: Hay que hacer como en Islandia, donde se ha cambiado la legislación, donde no se le pregunta a la víctima si ella consintió. Al violador es al que le preguntan ¿Usted preguntó si ella quería estar con usted? y ¿Ella le dijo a usted que sí? El foco tiene que estar puesto en ellos, no en nosotras.
-T.L: Además, España ha ratificado el Convenio de Estambul, donde se dice que si no hay consentimiento, es violación. Solo hace falta voluntad política, pero parece que no la hay.
Hace días participaron en el homenaje a Laffage en Iruñea.
-Z.M: Para nuestro sistema judicial Nagore Laffage no fue víctima de violencia machista, porque no eran pareja. ¿Por qué la mató? ¿Por qué la violó? Porque era mujer.
Laffage se resistió.
-Z.M: ¿La Justicia qué nos dice? No te resistas porque pones en peligro tu vida y puedes morir, pero si no te resistes no vamos a creerte. Nagore Laffage es el símbolo de lo que significa resistirse. Si quieres vivir tendrás que dejarte violar, pero luego nadie te va a creer.
-T.L: Por eso el juicio a La Manada es tan importante; es el juicio a todas las mujeres. Ella ha hecho todo lo que la sociedad y la Policía dicen, no resistirse. Incluso, cuando decide reponerse al abuso y dice: Mi vida no acaba aquí, estos cinco cabrones no me van a joder mi vida. Voy a reír, voy a bailar, voy a follar y voy a hacer lo que me da la gana... Pues resulta que tampoco, que luego llega el juicio y se acepta el informe de su vida posterior.
La víctima, además, ha sufrido la filtración de sus datos y su identidad.
-Z.M.: Fíjate cuánta indefensión sufre la víctima que todavía no ha entrado nadie en prisión por la filtración de sus datos a través de foros como Burbuja o Forocoches. Si esto hubiese ocurrido con un tema de terrorismo se hubiesen levantado hasta las alcantarillas para encontrar quién ha sido.
-T.L: Si esto hubiese sido un caso de terrorismo y en vez de mensajes de WhatsApp sobre drogar y violar mujeres, hubiesen sido sobre comprar material para hacer bombas y luego inmolarse, se habrían aceptado como pruebas judiciales. El terrorismo machista en nuestro país mata a más personas que el yihadista. También me dan miedo los que dicen Yo no te creo y que no ven claro este caso, porque pienso que son potenciales violadores e igual ni siquiera lo saben. Los de La Manada no han mostrado arrepentimiento nunca. Siguen diciendo que ella disfrutó y que ella quería.
En su caso, también han sufrido el acoso en las redes sociales.
-Z.M: De los comentarios que tiene nuestro canal, el 55%, por segmentación de YouTube, son de hombres. También hay hombres feministas, pero tenemos un 30% de trolls y haters. YouTube no ha cerrado ningún perfil que nos amenaza con violarnos o pegarnos por las calles.
-T.L: El machismo campa a sus anchas por Internet y la violencia contra las mujeres no está solo en las calles, también en la red con total impunidad. A nosotras nos censuran los vídeos pero no los comentarios de aquellos que hablan de reventarnos el culo. Son cosas muy fuertes. Aunque yo no creo que sea algo contra nosotras, sino que es una reacción alérgica a lo que decimos.
Ustedes afirman que el porno está educando ‘manadas’.
-Z.M: Cuando hablamos de consentir hablamos también de un mandato muy machista. En el sexo nadie tiene que consentir, ambos deben desear en igualdad de condiciones. Es un tema de ser sujetos y no objetos. Decimos que el porno está educando manadas porque es muy violento, machista, humilla a la mujer y nos utiliza como objetos sexuales. Pedimos sacar el machismo de todas las partes: de los juzgados, de las instituciones, de la educación, de los medios y también de nuestras camas y de la sexualidad.
-T.L: En la prostitución hay consentimiento. ¿Pero de qué tipo? Es un consentimiento mediante una transacción económica que se basa en la vulnerabilidad de una persona. El tema del consentimiento está cogido con pinzas. Nunca se habla de si los hombres consienten. Las mujeres consienten y los hombres desean, hay una desigualdad.
Hablando de la pornografía, en octubre de 2017, coincidiendo con el juicio de ‘La Manada’, la palabra más buscada en la red fue “violadas”.
-T.L: Ha vuelto a serlo en abril. Existe una cultura de la violación que la gente aún no ve. Cuando hablamos de esto en nuestros vídeos, mucha gente nos critica y nos dice a ver si vivimos en Afganistán. No, en España existe una cultura de la violación. Lo que ocurre es que quien no la ve es porque es parte de esa cultura de la violación. Es preguntarle a la víctima de una violación a ver cómo iba vestida, por ejemplo. Son pequeñas cosas que hacen un todo enorme, que es el que justifica que a las mujeres se nos viole, porque algo habremos hecho...
-Z.M: Ellos se educan excitándose con la violencia contra las mujeres. Hay informes que dicen que hay niños viendo ese tipo de porno desde los ocho años.
¿El 8 de marzo fue un punto de inflexión del que no hay vuelta atrás?
-T.L: Estuvo muy bien y fue un subidón tremendo entre mujeres. Incluso los partidos políticos a los que les costaba decir que eran feministas tuvieron que ceder y subirse al carro. No nos lo creemos, pero bueno, vale. No se puede quedar en un día en el que paramos las ciudades. Se tiene que concretar en medidas. El feminismo todo lo que ha conseguido lo ha hecho desde la calle, desde la lucha.
-Z.M.: El 8 de marzo puso de manifiesto que el feminismo no es una cosa individual, es colectivo. No importa si a mí no me han pegado o no me han violentado, porque salgo a la calle para luchar con mis hermanas, por las que no pueden o las que están en otro país y no pueden manifestarse. Pedimos la libertad de todas las mujeres, no la nuestra. Lo que consigamos aquí será referencia en otros países como Argentina, donde están luchando para conseguir su derecho al aborto. Ellas van a abrir las puertas para muchas mujeres en América Latina. Las luchas y las victorias se alimentan unas de otras.
Vivian Gornick afirma que la revolución feminista es la más larga de la historia y que vive un proceso pendular. Tras picos de una gran actividad, esta queda latente.
-Z.M: Después de una ola siempre viene un movimiento hacia atrás y luego viene la siguiente. Con cada una iremos limpiando un poco más. En este caso entiendo lo que quiere decir, pero también hay olas que son tsunamis y que lo cambian todo. Es el momento de hacer un tsunami y de dejar de ir pidiendo permiso para hacer la revolución. Hay una parte de todo esto que es importante que entendamos: a esta ola se tienen que sumar los hombres, que sea de todos y para todos.
-T.L: Creo que en esta ola juegan a nuestro favor las redes sociales. Por eso nosotras estamos aquí. Internet ha cambiado nuestra manera de entender el mundo, de comunicar. Utilicemos la tecnología para el feminismo. ¿Cómo sería la comunicación de las feministas de los 70? Por mucho que se quisieran unir en congresos, la unión era mucho más difícil y el acceso a la información era mucho más lento. Nosotras no habríamos conocido a Amelia o a otras compañeras si no hubiese sido por las redes sociales. Si las feministas de hace dos siglos hubieran tenido Twitter y redes sociales, el patriarcado ya no existiría.
-Z.M: No debemos dejarnos contagiar por todos estos lugares comunes en los que se nos dice que estamos luchando como Don Quijote con molinos. Pues sí, pero no significa que no podamos ganar esta lucha. Cuando decimos que vamos a abolir la prostitución y nos responden que es algo que va a existir siempre, hay que contestar que es mentira. ¿Es una utopía? Sí, pero son las utopías las que mueven el mundo. La capacidad de imaginar un mundo diferente es el que nos sitúa en un futuro diferente, en ese camino hacia allí. A las personas que se levantaron en contra de la esclavitud les dijeron que no iban a poder abolirla; no se dieron por vencidos y lo consiguieron. Es cierto que llevamos 300 años de revolución feminista, pero si miramos hacia atrás, hemos conseguido muchas cosas. Hasta hace nada las mujeres no teníamos alma, no teníamos derecho al trabajo o a votar. Estamos consiguiendo cosas y este año las hemos conseguido. Estamos consiguiendo que haya una comisión para la reforma del Código Penal y que esté, por fin, integrada por mujeres; que haya una foto de un Gobierno integrado mayoritariamente por mujeres, que los sanfermines se cuestionen su tipo de fiesta... No hay que dejarse desfallecer.