Ho chi minh ? Casarse es casi una obligación en Vietnam para las jóvenes que se acercan a la treintena, pero muchas prefieren recurrir a bodas falsas con novios de alquiler para acallar la presión de sus familias o para evitar el estigma de ser madres solteras.
Vinamost, una de las empresas que ofrecen este servicio en todo el país, cobra un mínimo de 3.500 dólares (2.960 euros) por contratar por un día a algunos de los 200 novios de alquiler con que cuenta en Hanoi y Ho Chi Minh (antigua Saigón), las dos principales urbes.
Nguyen Xuan Thien, fundador de la empresa, explica que las principales clientas son mujeres solteras embarazadas que provienen de zonas rurales pero trabajan en la gran ciudad y no quieren abortar.
En el país con la tasa de abortos más elevada de Asia (más de 300.000 casos al año según cifras gubernamentales), estos servicios se han convertido en una alternativa para vietnamitas que quieren dar a luz sin ser señaladas por ser madres solteras. “Les da miedo la reacción de sus padres porque vienen de familias muy tradicionales y necesitan mostrar un marido. También hay veces en que la familia lo sabe y eligen la boda falsa para que la hija no aborte”, dice Thien.
Aunque menos habitual, el pensamiento tradicional es también el que empuja a hombres homosexuales a recurrir a una novia de alquiler para cumplir las expectativas de sus familias.
Desde que empezó hace diez años, Vinamost ha organizado 1.276 bodas falsas (más de dos por semana de media), un negocio en crecimiento gracias al masivo éxodo rural de las dos últimas décadas y al choque entre la mentalidad de las zonas rurales y los nuevos usos morales de las ciudades.
familiares a la carta Además del novio o novia, la empresa ofrece por unos 1.500 dólares (1.270 euros) paquetes de familiares falsos, tanto para bodas simuladas como para las auténticas, en caso de que desavenencias familiares impidan la presencia de los parientes auténticos. “Este servicio lo piden a veces parejas que se casan de verdad cuando los padres de uno de ellos no están de acuerdo con el enlace o han tenido algún conflicto. Ofrecemos padres, abuelos, hermanos, tíos, primos y amigos”, cuenta el empresario.
Thien presume de que sus actores nunca han sido descubiertos y asegura no temer las consecuencias de que alguna familia se dé cuenta un día del simulacro porque “ningún padre lo revelaría a nadie, sería una vergüenza para ellos”.
Entre tanta farsa, el fundador de Vinamost revela que algunos de sus actores y actrices terminaron emparejados de verdad con sus clientes. “En las bodas falsas nos ha pasado alguna vez y se han terminado casando y firmando los papeles en el registro civil, la celebración ya estaba hecha”, comenta Thien.