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“Leer la mente de las personas sería la prueba definitiva de que hemos entendido la actividad cerebral”

El neurobiólogo es la mente detrás de Brain, un proyecto impulsado por el Gobierno de Obama con el objetivo de llegar a comprender el cerebro humano

“Leer la mente de las personas sería la prueba definitiva de que hemos entendido la actividad cerebral”Iker Azurmendi

donostia - Yuste, aprovechando una serie de charlas que ha impartido esta semana en el Donostia International Physics Center (DIPC), presentó el filme E.T. en el ciclo Ahí fuera de Tabakalera. Para él, la ciencia ficción del séptimo arte es cada vez más factible de cara a un futuro cercano.

Usted es el ideólogo del proyecto Brain impulsado por el Gobierno estadounidense. ¿En qué fase se encuentra?

-Estamos en el tercer año de investigación, en el que están involucrados alrededor de 300 laboratorios. La mayoría de ellos son de EEUU, aunque hay entre un 15% y 20% del extranjero. Estamos en un momento especial, porque por primera vez en la historia se está utilizando el dinero del contribuyente americano para apoyar experimentos de fuera. Además, el plan tiene una vigencia de doce años y cuenta con una partida total de 6.000 millones de dólares que tanto republicanos como demócratas apoyan. El cambio de presidencia no ha afectado en nada.

¿En qué consiste el proyecto?

-Principalmente busca desarrollar técnicas nuevas aplicadas a la neurociencia con tres objetivos: registrar la actividad de las neuronas hasta poder medir todas las del cerebro de un animal o las de un trozo de un paciente humano; desarrollar técnicas para manipular la actividad neuronal, tratando de reprogramar los circuitos alterados en enfermos mentales; y hallar métodos matemáticos con los que descifrar toda la información que tenemos.

Gracias a estos avances, el cerebro ¿dejará de ser el gran desconocido?

-La situación está cambiando poco a poco, pero los cambios no son fundamentales. Carecemos de perspectiva para ver si alguien en algún lugar ha descifrado ya el cerebro. Creo que lo conseguiremos en el futuro y espero llegar a vivir el momento. Será algo parecido a lo que ocurrió en la biología molecular, cuando descifraron el código genético. Una vez que descubrieron que el ADN tiene una estructura de doble hélice, pudieron entender cómo se leía. Espero que algo así se dé en la neurología, y, como ellos, seamos capaces de mirar hacia atrás y decirnos: ¡Cómo no lo vimos antes si estaba ahí! Durante 50 años llevamos dando vueltas al asunto, hasta que, por fin, alguien dé con la tecla para entenderlo todo.

Para llegar a ese descubrimiento es básico que los jóvenes se interesen por la ciencia.

-Tenemos que hacer un esfuerzo mayor para enseñar y explicar a la población qué es la ciencia y qué hacen los científicos. Tiene que quedar claro que es un trabajo altruista. Trabajamos por el bien común y las horas extras, hasta cuando no son pagadas, las hacemos todos. Se trata de una vocación. Afortunadamente, entre los jóvenes siempre hay curiosos que destripan lo que tienen alrededor, ya sean relojes o videojuegos, tratando de entenderlos. Estos son los que deberían de incorporarse a la ciencia del futuro, y entre todos, pasarles la antorcha.

Existe la teoría de que el ser humano solo utiliza el 10% de su capacidad neuronal, ¿qué opina de ello?

-Se trata de una teoría completamente errónea. En realidad sucede todo lo contrario: los neurólogos todavía no hemos podido explicar por qué el cerebro esta constantemente encendido. Todas las partes están activas en todo momento, incluso mientras dormimos. La única manera de tenerlas apagadas es estando muerto o en coma. El cerebro es una máquina que se autoactiva, así que no podemos entenderla como una máquina tradicional que está parada hasta que se le da una instrucción.

Su vocación le llegó leyendo a Ramón y Cajal. Entonces, ¿en qué parte de su vida encaja ‘E.T.’?

-He de decir que me pidieron presentarla, lo que me pareció una muy buena idea ya que así podía hablar de ciencia con la ciudadanía. E.T. es una película magnífica que habla de la inteligencia extraterrestre, lo que me dio pie a hablar sobre ello. No sé si algún día conoceremos a un alienígena, pero lo que sí que vamos a conocer es la inteligencia artificial. En la presentación anime a verla imaginando a E.T. como una computadora, pensando en un futuro cercano en el que hay robots dotados de un tipo de inteligencia que por ahora no sabemos cómo será. Estamos avanzando en la inteligencia artificial, cuando aún no entendemos la natural.

Analizando otras películas de ciencia ficción, en ‘¡Olvídate de mí!’ el protagonista decide someterse a un tratamiento para borrar el recuerdo de su novia que le ha dejado. ¿Hasta qué punto cree que será posible eliminar recuerdos indeseables?

-Existen casos clínicos en los que tras un infarto cerebral se daña una zona de la corteza y la persona borra conceptos enteros. Oliver Sacks lo explicó muy bien en el libro El hombre que confundía a su mujer con un sombrero. Narra un caso real en el que una persona perdió toda la información que poseía sobre las caras de las personas, no pudiendo así reconocer a su mujer. Solo era capaz de hacerlo por su voz y ropa. Este fenómeno se llama agnosis y existen muchos casos diferentes. Hay gente que incluso pierde la capacidad de reconocer hortalizas. En este sentido, es imaginable pensar que dañando una zona del cerebro de una persona, esta no sea capaz de reconocer a su novia. Eso sí, solo hablaríamos de una pérdida del reconocimiento visual. Para borrar todo el recuerdo, la zona del cerebro tendría que morirse por completo, de forma además irreversible. No sería una terapia muy inteligente para resolver un problema amoroso (Risas).

Siguiendo con el reconocimiento visual, en la serie ‘Black Mirror’ existe un aparato electrónico que unido al cerebro graba todo lo que oye y ve el portador, siendo capaz de volver a reproducirlo en el futuro. ¿Impensable?

-Hoy en día ya hay miles de pacientes paralíticos con prótesis cerebral, que mediante unos chips electrónicos conectados al cerebro pueden mover brazos o piernas. Es un método cada vez más eficaz, que nos llevará a un punto en el que los chips, en vez de registrar la actividad de tres o cuatro neuronas, lo harán de un millón. Para alcanzar lo que nos muestra la serie tendríamos que descifrar antes los disparos neuronales del cerebro, algo que no se ha hecho ni tan siquiera en animales pequeños, y luego encontrar además la manera de volver a introducir actividad neuronal. Si llegamos a ello, en un futuro podría llegar a ser factible.

Por lo tanto, ¿no descarta que podamos ser capaces de leer la mente de las personas?

-No lo descarto. Sería la prueba definitiva de que hemos entendido la actividad cerebral. Si desciframos toda la información del cerebro, podríamos comprender la mente. Estoy convencido de que la mente humana no es más que una actividad cerebral, y no algo mágico o misterioso. Creo que se puede llegar a entender al igual que otra parte del cuerpo.

Por último, ‘Origen’ se basa en la teoría del sueño lúcido, siendo posible crear entornos de sueños e introducirlos en individuos haciéndoles creer que es la realidad.

-Para poder llegar a ello tenemos antes que descifrar el gran enigma: ¿para qué sirven los sueños? Existe una hipótesis de que el cerebro genera una realidad virtual en todo momento, y por esto, está siempre encendido. Así, explicaríamos por qué los esquizofrénicos escuchan voces. Si analizamos el cerebro de alguno de ellos, vemos que la zona auditiva se enciende, por que lo que en realidad sí que están oyendo unas voces reales. Si partimos de esa teoría, los sueños serían fruto de lo mismo. Lo que pasa es que al estar dormidos no estamos conectado con la realidad de fuera. Si nos pasase lo mismo cuando estamos despiertos, nos habría ido muy mal para sobrevirvir como especie (Risas). Para que la película pueda llegar a ser real, el sueño tendría que ser una parte de la realidad, y no parece que sea así.