DONOSTIA ? Tiene 37 años, es de Getaria, lleva toda la vida ligada al mundo rural y desde hace cinco años se dedica a sus viñas al 100 por cien. Es hija de baserritarras y, aunque estudió Turismo, hace un lustro decidió hacerse cargo del negocio familiar tras la jubilación de sus padres.

Uxune Areizaga también ha tenido que luchar para hacerse un hueco en el campo, ya que considera que “en el primer puesto en los caseríos siempre ha estado un hombre”. Y eso que muchas veces han sido las mujeres las que “han sustentado los caseríos”. “Es un mundo de hombres y si eres una mujer tienes que demostrar el doble. Un chico tiene más credibilidad que yo, sólo por ser hombre”, defiende en euskera.

Por ejemplo, la joven viticultora explica que si alguien ve a un chico “subido en el tractor, nadie duda de que lo vaya a hacer bien”. Sin embargo, en el caso de una mujer esta mirada cambia. “Al ser un trabajo de fuerza, de maquinaria, siempre se ha pensado que lo tenían que hacer hombres, porque este es un mundo de hombres”, insiste.

Pese a ello, nunca ha dudado en subirse al tractor para trabajar en sus viñas y recolectar las uvas que vende a las bodegas. “Yo ando con maquinaria, yo trabajo igual que un hombre”, defiende. Por fortuna, asegura, “cada vez hay más mujeres” que trabajan en el mundo rural en Getaria, tanto en las viñas como en otras profesiones como pastoras.

Para luchar “por los derechos de la mujer en el sector primario”, este jueves se trasladó a Tolosa, a la sede del sindicato agrario Enba, que se sumó a esta jornada de reivindicación proyectando la película Volar, que recoge testimonios de mujeres que han sobrevivido a la violencia de género. “Tenemos que tener más credibilidad y nuestro espacio de trabajo como tiene el hombre”, exclama. ? R.G. / Foto: R.P.