En febrero, el Consejo de Ministros aprobó la creación de la especialidad de trikitixa, dentro de las enseñanzas profesionales de música. Esto permitirá, además de la formalización de su enseñanza, la generación de un espacio de ámbito docente y de investigación que permita la conservación y difusión de este instrumento y sus repertorios. Pues bien, el Departamento de Educación trabaja ya para que euskal dantzak sigan el mismo camino.
Así lo ha desvelado en el Parlamento Vasco la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, preguntada por su hoja de ruta para institucionalizar las enseñanzas de danza e instrumentos musicales vascos. “Tras el reconocimiento oficial de la trikitixa, estamos dando pasos para que las danzas vascas (euskal dantzak) también sean reconocidas y, en consecuencia, tengan la titulación de estudios profesionales”, ha afirmado la titular de Educación. En cuanto al resto de instrumentos de raíz tradicional (alboka y dulzaina, txalaparta, pandero o atabal), dada su gran dispersión técnica y repertorio, se han tratado diversas propuestas en el Consejo Asesor de Enseñanzas Musicales.
La idea es definir las especialidades, así como en el procedimiento de homologaciones para la impartición de la docencia. Instrumentos como el txistu ya se habían abierto hueco el sistema educativo formal a través de conservatorios, escuelas de música y centros de estudios superiores como Musikene. Pero por lo general, el aprendizaje del resto de disciplinas vinculadas a la cultura vasca se daba en el ámbito no formal (academias, asociaciones culturales o los centros municipales). Para el Gobierno vasco, ha dicho, es una “prioridad” institucionalizar tanto las enseñanzas de danza vasca como los instrumentos musicales vascos en el ámbito educativo, ya que “queremos preservar y promover el patrimonio cultural de Euskadi”. A su juicio, fortalecer las enseñanzas artísticas en el sistema educativo es una oportunidad “para despertar vocaciones, facilitar el acceso y compartir una cultura que une, que genera comunidad y que refuerza los lazos en una sociedad cada vez más diversa”. Desde su punto de vista, la cultura vasca “crea espacios de encuentro, impulsa la convivencia y fortalece la cohesión social desde el reconocimiento y la participación”.
Tras el "hito" de la trikitixa
La aprobación del Decreto 64/2024, de 21 de mayo, por el que se regulan las Escuelas de Música y Danza de la Comunidad Autónoma del País Vasco, estableció un marco legal para la incorporación de instrumentos tradicionales vascos, como la trikitixa, a las enseñanzas oficiales. Para el Gobierno vasco supuso “un hito que” sentó las bases para la futura incorporación de otros instrumentos y de la danza tradicional a las enseñanzas oficiales.
Impulsado por el Gobierno vasco, el Consejo de Ministros aprobó a principios de año la creación de la especialidad de trikitixa dentro de las enseñanzas profesionales de música. El Real Decreto establece los aspectos básicos del currículo, los horarios y los objetivos y criterios de evaluación correspondientes a estas enseñanzas mínimas. A partir de ahí, las administraciones educativas podrán incorporar otras asignaturas a esta nueva especialidad.
La trikitixa es uno de los instrumentos más representativos de la música vasca. Desde su llegada a Euskadi -es de origen italiano- a mediados del siglo XIX, la trikitixa ha conseguido un gran arraigo en fiestas, romerías y pasacalles, incorporando música popular como valses, mazurcas, tangos o boleros. Con la creación de esta especialidad se reconoce la trikitixa "como un elemento de identidad de la música vasca y se permite su proyección social y profesional, tanto dentro del entorno de la estética tradicional como en el de los nuevos lenguajes sonoros", tal y como señala el decreto