Vigo - La parroquia de Chandebrito, en Nigrán (Pontevedra), fue escenario de un auténtico "infierno", en el que fallecieron calcinadas Angelina y Maximina, dos octogenarias que intentaron huir del fuego en el coche de una vecina. Las tres mujeres siguieron el camino de Camos, atendiendo las indicaciones de desalojo de la Policía, que llegó a temerse "lo peor".
El subinspector de Policía responsable del operativo contó ayer a Efe por qué dio la fatal orden de huir por ese camino de Camos, en lo que considera la peor experiencia de su carrera profesional. Aseguró que tomó esa decisión tras consultar con un equipo de bomberos, que le informó de que las otras dos vías de la parroquia de Chandebrito (Nigrán) eran inviables por la acción de las llamas.
El subinspector, en un vehículo policial, se adelantó y rastreó la carretera de Camos. Tras recorrer un kilómetro sin encontrar ningún peligro, creyendo quela vía estaba expedita, dio la orden a los vecinos de salir con sus coches por aquel camino que creyeron despejado y libre para avanzar.
"Sin embargo relató, un súbito cambio de viento hizo que los árboles empezaran a arder a ambos lados de la carretera, formando un túnel de fuego bajo el cual los vehículos pasaban a duras penas, con termómetros que registraban los 90 grados".
Entonces, según comentó, dio la orden de abortar la evacuación, mientras la avanzadilla policial retrocedía, confiando en que los vehículos resistieran las llamas y no se les atravesara ningún obstáculo en la carretera. En esas, la caravana que venía por detrás llegó a la zona donde las condiciones eran extremas, con las llamas colándose entre los coches y la visibilidad era nula.
El policía, que encabezaba la comitiva, relató que se ordenó a los vecinos retroceder, produciéndose un embotellamiento y una situación de pánico general. Los vehículos chocaron unos contra otros porque los conductores estaban aturdidos, mientras otros trataban de adelantarse y de proseguir su huida.
"Si continuábamos la marcha o permanecíamos allí, íbamos a morir quemados", señaló el policía, ya que "las llamas, en cuestión de segundos convirtieron aquello en un infierno". "Dependíamos de no salirnos de la vía lo que sucedió con la furgoneta donde viajaban Maximina y Angelina, y de que no se quemaran los neumáticos", añadió el agente, quien refirió que las puertas de los coches empezaron a crujir por culpa de las altas temperaturas.
El responsable del operativo policial en Chandebrito resaltó que en sus más de veinte años en el cuerpo policial nunca se había enfrentado a un incendio de esta magnitud y que, "posiblemente", haya sido "la peor situación" de su carrera, "sobre todo, porque no controlas, es un medio al que no estás habituado", esgrimió. Por último, consideró que el enviar una avanzadilla policial para explorar el camino fue "acertado", ya que de ir todos juntos "habría sido una catástrofe".