Donostia - Lo que para ellos es sinónimo de socializar se convierte en desvelo para padres y madres y en preocupación para las administraciones. Y no es para menos ya que los consumos de alcohol, cannabis y tabaco entre la juventud vasca se mantienen en el tiempo, con distintos modelos y patrones de comportamiento -inicio a una edad más temprana, condensado en fines de semana?- pero la problemática es incuestionable. Se percibe todos los fines de semana y más aún durante verano, con un calendario plagado de fiestas en las que beber y fumar está tradicionalmente asociado a momentos de diversión.

De ahí que las labores para la promoción de entornos y estilos de vida saludables sea una de las líneas de actuación contempladas en el VII Plan de Adicciones de Euskadi, una herramienta que pretende desbancar a esas y otras sustancias adictivas, y corregir conductas, también inquietantes entre los más jóvenes, ligadas a las apuestas on line.

En cualquier caso, tal y como detallaba ayer Jon Darpón, consejero de Salud del Gobierno Vasco, el principal y gran objetivo de esta estrategia es “combatir la tolerancia social” hacia el alcohol, el tabaco y el cannabis. El propio Darpón reconocía que la juventud vasca está por encima de la media europea en el consumo de ese tipo de sustancias adictivas. Y lo que es más preocupante para el conjunto de agentes implicados en la prevención y la atención sociosanitaria: la baja percepción de riesgo que declara este colectivo, sobre todo en el caso del alcohol y del cannabis.

De ahí que entre los numerosos puntos de acción contemplados en el documento que próximamente será enviado al Parlamento para su debate y su posterior aprobación, se haga hincapié en las formas para atajar los consumos abusivos y sus efectos sobre la salud de las personas, sus familias y la comunidad en que residen.

Un 11,3% de la población puede ser considerada bebedora excesiva o de riesgo, y entre los 15 y los 24 años ese porcentaje se duplica y es casi del 25%, según los últimos datos oficiales. “La tasa de consumo excesivo y de riesgo de los hombres se sitúa en el 15,7% mientras que la de las mujeres es del 7%”, refleja la encuesta elaborado en 2012. Y algo similar ocurre con el cannabis, una sustancia cada vez más socializada. Es cierto que la tasa de tabaquismo se ha reducido pero inquieta la presencia mayoritariamente femenina de la población fumadora joven.

“Ritmo acelerado” Por eso, como apuntaba Darpón, “es fundamental seguir trabajando y no dar pasos atrás” para reducir la incidencia del tabaquismo y del resto de sustancias adictivas -legales y no legales- existentes en el mercado. No obstante, uno de los aspectos que lleva al Departamento de Salud (y al resto de instituciones y agentes implicados) a mantener las espadas en alto es el relativo a la aparición de nuevas sustancias ilegales. En este sentido, el consejero confirmaba el “ritmo acelerado con que irrumpen en el mercado” y este hecho obliga a redoblar todos los esfuerzos.

Otro de los asuntos en los que también quiso ahondar Darpón durante la presentación de las líneas estratégicas de este séptimo Plan de Adicciones de Euskadi fue el ligado a la aparición de nuevas conductas asociadas a las tecnologías digitales, principalmente con el juego y las apuestas on line.

Cumplir la normativa. El trabajo en prevención de las adicciones y promoción de la salud es una de las principales herramientas para consolidar hábitos saludables y reducir los consumos y conductas de riesgo. Por eso uno de los ejes del VII Plan de Adicciones de Euskadi tiene como objetivo general limitar el acceso a sustancias y a actividades susceptibles de generar adicciones, reducir la tolerancia social frente a su consumo e impulsar el cumplimiento eficaz de la normativa vigente.

Europa. A pesar de su reducción general, los consumos en Euskadi siguen a la cabeza de Europa, especialmente en el caso del alcohol, tabaco o cannabis, y se constata una baja percepción del riesgo, sobre todo en el caso del alcohol y del cannabis.