Madrid ? Perder y recuperar peso repetidamente, un proceso conocido como dietas yoyó, puede aumentar el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca entre las mujeres posmenopáusicas con peso normal al inicio del estudio, según las conclusiones de una investigación que se presentan en las Sesiones Científicas 2016 de la Asociación Americana del Corazón, que se celebran en Nueva Orleans, Luisiana (Estados Unidos).

“El cambio del peso corporal es una preocupación emergente de la salud global asociada con los intentos de la pérdida del peso, pero ha habido resultados inconsistentes sobre los peligros de la salud para los que experimentan comportamientos de oscilaciones de peso”, dice el autor principal del estudio, Somwail Rasla, residente interno en el Memorial Hospital de Rhode Island, de la Escuela de Medicina Alpert de la Universidad de Brown, en Providence, Rhode Island (Estados Unidos).

Los investigadores clasificaron la historia de peso proporcionada por las 158.063 mujeres pos-menopáusicas participantes en este estudio en cuatro categorías: peso estable, ganancia constante, pérdida de peso mantenida y cambios de peso y las siguieron durante 11,4 años.

De esta forma, los científicos vieron que las mujeres consideradas “de peso normal” al inicio del estudio que perdieron y recuperaron peso registraron un riesgo 3,5 veces mayor de muerte súbita cardiaca que las mujeres cuyo peso permaneció estable. El cambio de peso en las mujeres de peso normal también se asoció con un 66% mayor riesgo de muerte por enfermedad coronaria.

No se han detectado aumentos significativos en ninguno de los dos tipos de muerte entre las mujeres con sobrepeso u obesidad que cambiaron de peso.

Igualmente, no hubo aumento en la muerte entre las mujeres que informaron de que ganaron peso pero no lo perdieron o, en el escenario opuesto, que perdieron peso. La evidencia indica que el sobrepeso en la madurez aumenta el riesgo de morir por dos tipos de enfermedades del corazón.

En el primer tipo, la patología coronaria, los vasos sanguíneos al corazón sufren un bloqueo por la grasa y otras sustancias, disminuyendo considerablemente el flujo sanguíneo al corazón. En el segundo tipo, muerte cardiaca súbita, el sistema eléctrico del corazón deja de funcionar abruptamente, causando la muerte.

No está claro si perder y recuperar el peso en la edad adulta también eleva el riesgo de muerte por estas enfermedades del corazón, por lo que los investigadores de este trabajo observaron esta relación entre las mujeres posmenopáusicas.

El estudio tiene varias limitaciones: por lo tanto, solo podía mostrar asociación y no una relación de causa y efecto y se basó en la información aportada por las participantes, la cual podría ser inexacta. Puesto que la muerte cardiaca repentina ocurrió relativamente con poca frecuencia. ?Efe