Es el fármaco más consumido, es barato y todavía bajará más de precio. Se receta como complemento y protección a la toma de un sinfín de fármacos. Pero ¡ojo! no es inocuo. “El problema es que se prescribe para todo, en botica resulta muy económico, ante cualquier problema o receta de otro fármaco se da omeprazol... En suma, su uso se ha banalizado”, denuncian algunos médicos de Atención Primaria. El uso abusivo que hace la población de este medicamento ha hecho que Osakidetza en su i botika -la web que proporciona a los ciudadanos vascos información sobre los medicamentos- recomiende la toma moderada ya que, “con frecuencia -dicen- se utiliza más tiempo de lo necesario”.

De hecho, más de tres de cada diez pacientes toman este medicamento de forma innecesaria. Investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares han descubierto que hasta el 38% de los pacientes que recurren al omeprazol como protector de estómago no tendrían necesidad de tomarlo porque su tratamiento farmacológico no es gastrolesivo. Por lo que recomiendan evitar una sobreprescripción de este medicamento en los casos que no sea necesario.

El problema radica en que con el fin de evitar un cuadro como la gastritis, se ha vuelto un hábito casi cotidiano. Por ello, y en aras de que impere un consumo adecuado, el presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, critica el fenómeno de la medicalización excesiva. “Hemos conseguido medicalizar a los sanos”, afirma, y aboga por establecer estrategias profesionales para lograr que “se prescriban, dispensen y tomen solo los medicamentos realmente necesarios”.

A juicio de Francisco Zaragoza, vocal de Investigación del Consejo General de Farmacéuticos, “lo que no puede ser es que se ponga la venda antes de la herida y, por ejemplo, cuando alguien se tome un ibuprofeno siempre lo haga con un omeprazol”, denuncia.

efectos secundarios Y aunque no se puede demonizar un fármaco que ha acreditado su efectividad, conviene no olvidar los riesgos. Especialistas aseguran que tomarlo diariamente durante dos o más años conlleva un déficit vitamínico importante. En concreto, consumido diariamente durante más de 24 meses daña la absorción de vitamina B12, provocando un déficit, que puede desembocar en anemia, depresión, o daño neurológico. Si se llega a ese extremo el paciente notará cansancio y debilidad de forma frecuente.

Su consumo también se ha vinculado, en varios estudios científicos, a problemas en el riñón, riesgo de infarto, fracturas de cadera, polipos y hasta neumonía porque también se ha asociado la toma continuada con una disminución en la absorción del calcio y, por tanto un aumento de las fracturas.

¿Pero qué es el omeprazol? Pertenece al grupo de medicamentos denominados antiulcerosos porque actúa reduciendo la cantidad de ácido producida por el estómago. Se emplea para aliviar síntomas como la acidez, el reflujo gastroesofágico, la hernia de hiato o para prevenir hemorragias.

sin receta médica Unido a que muchos pacientes no deberían tomarlo porque no lo precisan, en los resultados de la encuesta realizada por la Universidad de Alcalá de Henares, la mayoría de participantes que admitieron usar omeprazol lo hacían por prescripción de su médico pero hasta un 14% de usuarios lo hacían sin receta médica.

Además pusieron de relieve la gran desinformación que existe sobre el omeprazol, que no tiene un efecto inmediato. “Los usos puntuales se llevan a cabo por gente que lo toma antes de una comilona, para prevenir los efectos de una resaca, porque comen habitualmente fuera de casa o por una molestia puntual del estómago”, destacó Carlos Vázquez, uno de los autores del estudio, que señaló que su uso no debe ser preventivo, ya que “la efectividad máxima se logra a las dos semanas de tratamiento y tomarlo de forma puntual no tiene ninguna utilidad”.

Y es que, aún siendo seguro, no es inocuo. Entre los efectos secundarios más frecuentes destacan cefalea, dolor abdominal, diarrea, gases, náuseas o estreñimiento. Además, se está estudiando el efecto que puede tener en la absorción de la vitamina B12 y el magnesio, porque estos dos elementos necesitan el ácido gástrico para ser absorbidos y el efecto de los inhibidores de la bomba de protones podrían ser responsable de un déficit de ambas.

Además, “la dosis o el horario en el que los tomamos pueden reducir su efectividad”, que aconseja tomarlos en ayunas y unos 30 minutos antes de la primera comida, ya que la presencia de alimentos, reduce su absorción y por tanto su efectividad. No obstante, hay excepciones, por ejemplo, en la enfermedad por reflujo gastroesofágico nocturna. En estos casos debe tomarse antes de la cena, porque es más efectivo que si se toma en ayunas. Además, la dosis debe ser individualizada en función de las características del paciente y de su respuesta al tratamiento.

Para salir de dudas y sin caer en alarmismos, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) reitera que los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabreprazol y esomeprazol, son “seguros” si la indicación, dosis y tratamiento son adecuados.

Omeprazol, esomeprazol, lansoprazol, pantoprazol y rabeprazol son fármacos inhibidores de la bomba de protones, que impiden que tu estómago segregue mucho ácido.

Están indicados para tratar o prevenir problemas estomacales (ardor, reflujo, úlceras...).

En determinadas situaciones su uso prolongado está justificado, pero con frecuencia se utilizan más tiempo del necesario.

La toma de estos medicamentos debe ser supervisada por tu médica/o porque un uso prolongado puede generar efectos adversos e, incluso, enmascarar enfermedades graves.

Si llevas mucho tiempo tomando alguno de estos medicamentos, es conveniente que consultes con profesionales sanitarios si es el momento de dejar de tomarlos poco a poco.