donostia - La separación de Ezkio e Itsaso superó ayer el primer escollo al aprobar el Pleno municipal el documento de desanexión de ambas localidades. Este expediente será enviado a la Diputación, que será quien dé su aprobación definitiva a la segregación de ambos municipios.
“Hacemos una valoración muy positiva porque hemos logrado aprobar el documento por unanimidad”, celebró el alcalde, Garikoitz Aiesta.
El proceso de desanexión se está llevando a cabo de mutuo acuerdo entre las dos entidades afectadas. En los últimos meses han puesto en marcha una comisión para elaborar este documento de segregación, que ha sido sometido a su correspondiente revisión e incorporación de alegaciones.
Con todo este material, Ezkio e Itsaso remitirán el documento final, aprobado ayer, a la Diputación, que será quien finalmente dé el visto bueno a la separación de ambos municipios, una operación a la que cada vez le queda menos tiempo para materializarse. Precisamente, a comienzos de año, el diputado de Gobernanza, Imanol Lasa, informaba de que los trámites para llevar a cabo la desanexión estaban “muy avanzados” y esperaba que la separación se llevara a cabo en un plazo “corto” de tiempo, en cualquier caso, “este mismo año”.
una anexión desde el franquismo La anexión entre Ezkio e Itsaso se remonta a la época franquista. Pese a que entre ambos municipios hay una distancia de más de diez kilómetros, Franco les obligó a unirse, una operación que se fraguó en el año 1965. Las leyes franquistas consideraron entonces que constituir una sola entidad municipal permitiría atender mejor la gestión de las necesidades urbanas generales.
Sin embargo, a juicio de los vecinos de Itsaso, la anexión ha propiciado la paralización del desarrollo del municipio, que pasó de tener 370 habitantes cuando se unió con Ezkio, a tener 160.
Así, en 2014, los vecinos iniciaron un proceso de participación que resultó ser un éxito. Llevaron a cabo una recogida de firmas que permitió la apertura del expediente de desanexión, encargaron un informe jurídico sobre sus opciones, así como un plan de viabilidad económica. Todo ello ha llevado a que la participación e implicación de los vecinos sea muy positiva.
“Estamos muy contentos con el resultado porque mucha gente se ha implicado y todo el proceso ha sido acordado y consensuado”, sentenció Aiesta. - I. Astarloa