donostia - Un total de siete marchas arrancaron ayer desde otras tantas localidades guipuzcoanas y confluyeron en el lugar donde está prevista la construcción de la incineradora de Zubieta para pedir la paralización de esta infraestructura que consideran “absurda”, “cara y “contaminante”. Convocados por el Movimiento Errausketaren kontrako Mugimenduak (Movimientos contra la incineradora), integrado por plataformas Zero Zabor y colectivos ecologistas, los participantes en la protesta salieron en columnas desde Andoain, Zizurkil, Hernani, Añorga, Lasarte-Oria, Usurbil y el propio barrio de Zubieta hasta concurrir en los terrenos donde está previsto construirla.

La jornada, que cuenta con las adhesiones de Sortu, Ezker Anitza, Equo, Irabazi, Podemos Ahal Dugu Lasarte-Oria y de los sindicatos LAB y ELA, entre otros, concluyó con un acto central en el frontón de Zubieta donde Teresa López de Muniain y Estitxu Eizagirre leyeron sendos comunicados. En ellos incidieron en que el objetivo de la protesta es “parar definitivamente” la incineradora, un proyecto que EH Bildu paralizó la pasada legislatura y que ha sido retomado por el actual equipo de gobierno de la Diputación de Gipuzkoa, integrado por PNV y PSE.

Emplazaron a los ayuntamientos y mancomunidades a “no colaborar ni financiar un proyecto que para los ciudadanos no representa más que un cáncer y una carga económica enorme” e instaron a poner en marcha alternativas “más adecuadas y baratas” que se “pueden implantar localmente y generan numerosos puestos de trabajo”. Abundaron en la necesidad de oponerse al “monstruo” de la incineradora porque a su juicio “no es necesaria”, ya que, según señaló el portavoz de los convocantes, Juan Miguel Galtas, “más del 90% de los residuos son reciclables o compostables”. Asimismo, afirmó que supone un gasto “cercano a los 300” millones de euros y es “perjudicial para la salud” y el medio ambiente, ya que produce una “ingente cantidad de gases invernadero” y “no evita los vertederos”. En este sentido subrayó que “el 25% de los residuos que son incinerados salen en forma de escorias y un 5% son cenizas tóxicas”, lo que supone que “el 30% de las basuras tratadas requieren de un vertedero” donde depositarlas. - Efe