Donostia ? “Yo estaba tendiendo la ropa y he oído a niños llorando y gritando: está muerto, está muerto; y un hombre que decía ¡llamad al 112!”. Así lo explicaba a este periódico la vecina del caserío situado justo debajo de donde ocurrió el accidente. María Jesús Jauregi, su hija y su yerno acudieron enseguida a la llamada de socorro. Lo que vieron fue “horrible”.
Ibai, un niño de cinco años de Errezil, yacía sobre el asfalto de una pista de montaña tras sufrir un grave accidente. “El pequeño sangraba por la boca aunque llevaba puesto un casco. Se había caído por la ladera del monte y el vehículo que montaba había seguido aún mucho más abajo”, narraron.
Según las primeras informaciones, el accidente se produjo con un miniquad, un vehículo con cuatro ruedas y a motor, similar a los quads pero de menor tamaño y que se comercializan y venden para niños a partir de los cinco años. Sin embargo, la Ertzaintza confirmó a este periódico que “el aparato estaba fabricado de forma artesanal o casera” y no quiso dar más información. Testigos presenciales, por su parte, confirman que era “como un quad; así lo parecía: con ruedas grandes y motor pero algo más pequeño que un quad normal”, añadieron.
de la celebración a la tragedia “Le he oído decir al hombre que estaba con los niños: Se me ha escapado de las manos. Se me ha escapado de las manos al hacer el cambio. No repetía otra cosa y que encima el niño era de otro, repetía. Estaba muy mal. Yo me he llevado a los otros tres niños. Al parecer habían estado celebrando una merendola de cumpleaños y les llevé a donde la madre del niño que cumplía años y le conté lo que había pasado”, explicaba María Jesús, aún en estado de shock.
El menor fallecido es familiar del actual alcalde, Xebero Agirretxe ?hijo de un sobrino suyo?; y también es nieto de la anterior alcaldesa, María Jesús Salsamendi, que en enero de 2005 perdió a un hijo con 17 años en un accidente de ciclomotor. Era tío del niño fallecido ayer. Ibai, de cinco años, tenía el mismo nombre que su tío fallecido hace diez años, precisamente en recuerdo de aquel.
El trágico suceso se produjo alrededor de las cuatro de la tarde en el barrio Letea de Errezil, según confirmaron fuentes de la Ertzaintza. El fuerte golpe que sufrió el pequeño le hizo entrar en parada cardio-respiratoria, sin que los sanitarios trasladados al lugar pudieran hacer nada por salvar su vida. Lo intentaron durante más de una hora. La Ertzaintza mantiene abiertas las investigaciones para determinar la causa del accidente.
El pequeño Ibai estudiaba en el colegio del pueblo, Errezilgo San Martin Herri Eskola, donde los niños y niñas de esta localidad permanecen hasta los doce años. La mayoría de ellos continúa los estudios en la vecina localidad de Azpeitia.
Los niños estaba celebrando un cumpleaños de otro pequeño y habían tenido merendola, cuando un adulto se los llevó a una explanada del barrio Letea, donde acaba de adquirir un terreno para hacer una casa, según los vecinos. Se trata de la explanada donde se encontraba el antiguo caserío Ototxo, destruido tras un incendio. Se encuentra unos 200 metros más arriba del agroturismo Izarre.
“los niños iban bien equipados” Según contaron testigos presenciales a NOTICIAS DE GIPUZKOA, los niños, acompañados del adulto, estuvieron jugando en la explanada del caserío. “Tenían aparcada allí una furgoneta y además del miniquad accidentado, tenían una minimoto”. Los niños, según dijo esta testigo, iban equipados con cascos, rodilleras y equipación especializada.
Los padres del fallecido, ambos de Errezil, residen en otro caserío y tienen otros dos hijos: niñas de tres y un año, respectivamente. Cuando llegaron al lugar, se vivieron escenas terribles. “La madre no le soltaba. Le hablaba y le acariciaba, pero no había nada que hacer”, explicó un testigo.
Si el mes de septiembre fue espantoso, con doce muertes entre accidentes y homicidios en Gipuzkoa, octubre no ha comenzado mejor. La muerte de Ibai se suma a una dura lista que ha segado la vida de varios menores de edad, como la niña que fue estrangulada por su abuela en Errenteria a comienzos del pasado mes; o el niño de dos años que fue atropellado por un vehículo en Astigarraga cuando salió corriendo detrás de una moto de juguete que se le escapó a la carretera. También en Ibarra un niño de ocho años se precipitó desde lo alto del frontón y chocó contra el suelo mortalmente tras una caída de unos nueve metros.
A esto habría que sumar el accidente de Urretxu en el que una niña de cuatro años salió despedida de una atracción de feria y que, pese a la gravedad, de sus heridas, salvó la vida.