Un día se abrió la puerta de la tienda y entró una clienta. Accedió al establecimiento como si fuera una más, diciendo que buscaba ropa para un bebé recién nacido. Lo explicaba como si no fuese consciente de que todo el mundo la reconocía. Como si no supieran perfectamente que su bebé no era otro que el príncipe Jorge.
La que hacía las compras era la mismísima duquesa de Cambridge, Kate Middleton, que con el paso de los meses desde que fuera madre se ha convertido en una habitual de la tienda que regenta la donostiarra Amaia Arrieta en pleno barrio de Chelsea, uno de los más ricos y elegantes de la capital británica.
“La primera vez me quedé de piedra, me puse muy nerviosa, pero luego pidió ayuda como una madre más y fue encantadora”, explica Arrieta en declaraciones a NOTICIAS DE GIPUZKOA. “Habló con todas las clientas, contó anécdotas de Jorge y se llevó clásicos en tonos azules”, añade.
La sorpresa fue cuando el pequeño Jorge apareció de la mano de su padre, el príncipe Guillermo, para visitar a su madre y a su hermana recién nacida en el hospital londinense de St. Mary. El niño iba de nuevo vestido con prendas diseñadas por la propia Arrieta. Se trataba de un jersey de punto azul que cuesta unos 54 euros, el pantalón unos 52 y los calcetines unos 10. Todo ello en tonos azules y muy en la línea de colores que vestía su padre.
Amaia Arrieta, de 41 años, lleva regentando esta tienda de ropa infantil desde hace ya una década. Llegó a la capital británica en el año 2000 para trabajar “como una condenada” en la banca. Sin embargo, al quedarse embarazada de su primer hijo, su vida dio un giro de 180 grados. Cada vez que viajaba a Euskadi y regresaba al barrio su círculo de amigas le pedían encargos. Al principio era ropa similar a la que compraba para su futuro hijo, pero más tarde se dio cuenta de que aquello podía ser una oportunidad y, al final, se dejó llevar y abrió su propio negocio.
“Aquí en el centro de Londres había cosas súper caras o muy baratas, pero no había nada que tuviera una buena relación calidad precio”, explica Arrieta, quien recalca que ella estaba acostumbrada a que la vestimenta de los niños “fuese algo cultural”, pero se encontró con una situación que “no es para nada la misma”.
Envíos a Nueva York, Ginebra o Dubai
Siempre había vivido en este barrio y le pareció una buena zona para este tipo de negocio, así que en septiembre de 2004 empezó con marcas españolas de ropa de niño que ni siquiera exportaban al extranjero, pero luego se decidió a diseñar y fabricar ella misma las piezas. “Sigo comprando algunas marcas en España y algo también en Portugal, pero ahora el 70% es ya producción propia”, resalta esta donostiarra.
En la tienda también hay sitio para accesorios, zapatos y ropa de baño. Ahí es donde hay presencia de dos marcas vascas con las que lleva trabajando varios años. Una de ellas es Cuzumi. Sin embargo, dos de los productos que se venden “como churros” son los leotardos y calcetines.
Madre de tres niños, la pequeña se pasea por la tienda pidiendo llevarse una diadema a casa, donde se habla español, inglés y francés a diario, ya que su marido es originario del país galo. Sin embargo, procura llevarles a Euskadi siempre que puede, en especial en agosto a Zarautz, donde sus padres tienen una casa. “A los niños les apasiona, ya tienen su grupo de amigos, saben que pueden hacer lo que quieren y además van a la playa”, explica con una sonrisa.
Arrieta no descarta abrir en el futuro una tienda en Donostia porque cree que funcionaría, mientras tanto vende ya su ropa en establecimientos de Ginebra y Mónaco y organiza encuentros para clientas que se han trasladado de Londres a otros destinos como Nueva York o Dubai.
Aunque es un día festivo, esta donostiarra sigue trabajando preparando pedidos. Entre ellos está el que quiere mandar a la residencia de Anmer Hall para la recién nacida princesa de Cambridge, Charlotte Elizabeth Diana.