El adiós de una luchadora irrepetible
FUNDADORA DEL PRIMER AGROTURISMO DE | Gipuzkoa, defensora de los derechos de los baserritarras y promotora de las energías sostenibles, Kontxi Argaia falleció la noche del lunes en el caserío Arruan Haundi de Lastur
Quienes tuvieron la ocasión de conocerla nunca olvidarán su capacidad para luchar contra viento y marea en defensa de los intereses de los baserritarras y por un desarrollo sostenible y respetuoso con el entorno natural. Kontxi Argaia Orbegozo (Pasaia, 1948 - Lastur, 2015) falleció la noche del pasado lunes en el caserío familiar Arruan-Haundi de Lastur (Deba), rodeada de los suyos y después de un año luchando contra una enfermedad, la Esclerosis Lateral Amiotrófica, a la que no ha podido superar.
Enfermera de profesión, Kontxi Argaia será recordada por ser, junto a su marido, el holandés Guillermo Elsenaar, la primera persona que se animó a abrir un agroturismo en Gipuzkoa. Se animaron a esa aventura allá por el año 1988 y después de haber recorrido Europa junto a un colectivo de jóvenes voluntarios que trabajaban en caseríos a cambio de una manutención.
Kontxi y Guillermo fueron pioneros en la apertura de agroturismos en el territorio pero, tal y como reconocía la propia Argaia en una entrevista publicada en este periódico en mayo de 2008, no era partidaria de masificar el medio rural “porque esto no es la gallina de los huevos de oro”.
Tenaz, trabajadora incansable y de fuerte carácter, Kontxi Argaia siempre se mostró partidaria de fomentar un turismo rural que, además de permitir el descanso y la desconexión de la clientela, sirviera para dar a conocer la importante labor agrícola y ganadera que desempeñan los baserritarras. De hecho, en su establecimiento siempre ha habido animales. Primero vacas y ovejas con cuya leche elaboraban queso; más tarde también pottokas que servían para pasear a los visitantes... Y es que, para esta amante de la naturaleza resultaba fundamental que los clientes sintieran el respeto hacia el entorno natural durante su estancia.
La sostenibilidad Kontxi Argaia también será recordada por su firme defensa en favor de las energías renovables y sostenibles.
Su caserío fue el primero de Gipuzkoa que instaló placas solares para abastecerse de energía. A partir de ahí, fue incorporando nuevos mecanismos para la generación de energía limpia, hasta tal punto que para finales de 2013 en Arruan Haundi ya había una instalación fotovoltaica de 10 Kw, otra para producción de gas, un molino de viento de 1.500 watios y una instalación termosolar para calentar el agua.
Su apuesta por la instalación de pequeños equipos de producción energética arrancó en 2005, en un momento en que la Administración pública optó por apoyar las renovables, lo que animó a numerosos particulares a instalar equipos. La amortización de esas instalaciones era posible gracias a los incentivos pero el ánimo de lucro de las empresas instaladoras, que dejaron tirados a numerosos clientes cuando los equipos no funcionaban, propició que muchos desistieran de esas tecnologías.
Aún así, Kontxi Argaia y su familia no desistieron y, junto a otros afectados, crearon Argi ta Garbi, la asociación de usuarios de energías renovables de Euskadi, con la que consiguieron instalar equipos más baratos y eficientes y promover una normativa que permitiera defender los intereses de quienes habían apostado por la generación de tipos de energía que no dañaran el entorno natural y el medio ambiente.
Pero con su marcha Kontxi Argaia también deja tras de sí numerosas historias en las que queda de manifiesto su gran humanidad. Una buena muestra de ello es el episodio que protagonizó en enero de 2010, cuando un fuerte terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter asoló Haití, el país más pobre del continente americano. Kontxi tenía entonces 63 años y con una amplia experiencia como enfermera a sus espaldas, no se lo pensó dos veces. Hizo las maletas y, junto a otros colegiados, se marchó a Haití para echar una mano en lo que describió como “panorama desolador”.
Allí atendió a jóvenes mutilados a los que realizó curas “tanto físicas como anímicas” y coincidió con la activista dominicana Sonia Pierre, que en el año 2006 recibió el prestigioso Premio Robert F. Kennedy de los Derechos Humanos y en 2010 el Premio Internacional a las Mujeres con Coraje que le concedieron la secretaria de Estado de EEUU, Hilary Clinton y la esposa del presidente de ese país, Michel Obama, por su lucha contra la discriminación en su país de origen y los abusos a los derechos humanos.
La amistad que se fraguó entre Sonia y Kontxi en Haití fue tal que la activista dominicana acudió en mayo de 2010 a unas jornadas sobre Derechos en Salud Sexual y Reproductiva organizadas por la Fundación Haurralde en el santuario de Arantzazu. Sonia Pierre descansó esos días en el caserío Arruan Haundi de Lastur; la casa y el lugar en el que guardarán las cenizas de Kontxi tras su incineración. Antes, quienes lo deseen todavía podrán despedirse hoy de Kontxi en el tanatorio Mugica de Elgoibar (de 17.00 a 20.00 horas). Goian bego.
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