donostia - El estado de salud de Teresa Romero adquirió ayer tintes dramáticos después de que la auxiliar de enfermería contagiada por el virus del Ébola experimentara un empeoramiento durante la tarde. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, afirmó que la paciente infectada por ébola se encontraba en estado “muy crítico”.

Horas antes, las alertas sobre su estado las había encendido su hermano, José Ramón Romero Ramos, quien señaló que una doctora le había comunicado que no había “grandes esperanzas” para Teresa Ramos, y que “la cosa estaba complicada”. “¿Esperanzas? Es posible, pero según me dice la doctora...”, afirmó Romero Ramos en declaraciones a una televisión gallega, en las que reconoció el empeoramiento de su hermana. Según explicó La Voz de Galicia, José Ramón Romero Ramos concretó después que su hermana “estaba intubada”, con problemas pulmonares, y que probablemente empezaran a suministrarle “un nuevo medicamento”.

atención En el Pleno de la Asamblea de Madrid, que se celebró tras conocer que el estado de la auxiliar había empeorado, el consejero de Sanidad afirmó que en el tratamiento de los dos misioneros infectados por ébola que fueron repatriados a España actuaron dos grupos de 60 personas y no ha habido “ningún accidente”, salvo el de la auxiliar actualmente ingresada en el hospital Carlos III. Así, Rodríguez relató que en el primer caso, el de Miguel Pajares, intervinieron más de 60 personas “siguiendo el mismo protocolo y las mismas formas” y “no hubo ningún incidente” y señaló que un tiempo más tarde hubo otro ingreso, en este caso Manuel García Viejo, y participaron otras 60 personas. “Muchas de ellas repetían, además de forma voluntaria, entre ellas, la que por desgracia hoy está en una situación muy crítica”, añadió a renglón seguido.

Sin embargo, durante el día de ayer las informaciones sobre el estado de salud de Teresa Romero fueron muy contradictorias. Al tiempo que su hermano y la representante de un sindicato de enfermería comunicaban un notable empeoramiento de su estado, desde el hospital se negaba este extremo.

De hecho, fuentes del hospital Carlos III de Madrid explicaron ayer que no presentaba fallo multiorgánico, después de que el sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE) hubiera apuntado que la paciente está en esta situación y “grave”. La secretaria autonómica de SAE, Elvira González, había explicado que la paciente ha sufrido un “agravamiento de su situación clínica” y aludió a un “fallo multiorgánico”. González dijo que dispone de esa información por fuentes no oficiales y que está intubada, algo que también negaron desde el centro.

Teresa Romero, que atendió a los dos misioneros repatriados que finalmente fallecieron por ébola, fue ingresada el pasado martes después de que el lunes se confirmara que había contraído la peligrosa enfermedad.

renuncias del personal Por otro lado, la representante sindical afirmó que se están produciendo renuncias del personal que entiende “no estar suficientemente formado” para atender casos de ébola, por lo que la Administración está recurriendo a la bolsa de trabajo y a la lista del paro para tratar de hallar sustitutos.

También manifestó que las instalaciones del Carlos III se tendrán que ampliar ante la posibilidad de que se produzcan nuevos ingresos de casos sospechosos. De hecho, el centro ya ha desalojado dos plantas en 24 horas. Además, comentó que ayer por la tarde hubo una reunión del consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, con los sindicatos de la Mesa Sectorial donde se comunicó que se revisarán los protocolos de cara a mejorarlos.

Así, hizo referencia a que la franja de temperatura para casos sospechosos será en una horquilla entre los 36,3 grados a 36,6. González subrayó a que presumiblemente el conductor de la ambulancia que trasladó a Romero al hospital de Alcorcón será ingresado puesto que podía ser un caso de contacto directo.

Según informó a media tarde el Hospital, se ha atendido a 18 pacientes en total, algunos de los cuales se han ido de alta hospitalaria y otros se han ido a otros edificios del complejo: a La Paz y al hospital de Cantoblanco.

En la sexta planta del Carlos III, donde está la habitación de presión negativa en la que se encuentra Romero, trabajan unos diez profesionales por turno, de los cuales tres son médicos: un intensivista y dos de medicina interna, de la unidad de enfermedades tropicales.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha defendido los protocolos que se han seguido tanto en el tratamiento de los dos misioneros infectados por ébola como con Romero y todas las personas que han sido ingresadas para su observación. Según Victoria, la prueba de que son correctos es que del equipo de 60 profesionales que atendió a los misioneros solo hay un caso de contagio, y se ha producido, según repitió varias veces, por “un desgraciado error humano, un accidente”. También defendió Victoria la reconversión del hospital Carlos III en un centro de media estancia alegando que “no tenía lógica, en un escenario de ajuste presupuestario, mantener un centro para casos aislados”.

En una reunión celebrada ayer por la tarde en el Ministerio de Sanidad, la titular del departamento, Ana Mato, se comprometió con los portavoces de los grupos parlamentarios a reforzar los protocolos.

¿Fue presionada? Responsables de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios han denunciado que Teresa pudo ser presionada sobre cómo se contagió y han criticado que fuera interrogada estando enferma.

¿Sin personal? Un enfermero que atiende a Romero lamentó que ayer solo hubiera siete personas atendiendo a la enferma y a los otros posibles casos, mientras que el primer infectado tuvo a una docena de personas para atenderle en exclusiva.

El Ministerio baraja modificar los protocolos ante el ébola para que los profesionales sanitarios en contacto directo con pacientes infectados sean considerados personal de riesgo y hacerles un seguimiento más activo para aumentar su protección.

Un médico del Summa elevó ayer a la tarde a catorce los ingresados en el Hospital Carlos III atendidos por el equipo del ébola, incluida Teresa Romero.