SANTIAGO Calatrava, el arquitecto que acumula más demandas que premios, dio ayer esquinazo a la justicia y no acudió a declarar al juzgado de Instrucción número 5 de Castellón. El arquitecto estaba citado en calidad de imputado en una causa en la que se investigan supuestas irregularidades en relación con el proyecto de construcción del Centro de Convenciones de la capital de La Plana, un megaedificio que no pasó del proyecto en maqueta pero por el que la Generalitat pagó 2,7 millones en estudios y honorarios a su arquitecto estrella.

Y es que a Calatrava se le acumulan los problemas legales. Auditorios con pésima acústica, escenarios llenos de goteras; aeropuertos que hay que reformar al poco tiempo de inaugurados; puentes que resbalan... Eso, sin contar los proyectos que se detienen por sobrecostes gigantes.

Ayer el arquitecto dio plantón al juez y su abogado se puso en contacto con la Audiencia de Castellón vía telefónica para informar de que Calatrava se personará en la causa por lo que, una vez tenga conocimiento de las actuaciones, se fijará una próxima fecha para tomarle declaración. Desde el Tribunal Superior de Justicia ya se había advertido de que el juzgado no había podido notificar el señalamiento al arquitecto imputado, aunque se mantenía la comparecencia por si Calatrava optaba por presentarse al haber tenido conocimiento del trámite por otra vía.

El Centro de Convenciones de Castellón era un proyecto de Calatrava que la Generalitat Valenciana decidió dejar en suspenso a causa de la crisis económica. Sin embargo, el Consell pagó al arquitecto 2,7 millones de euros en concepto de redacción del plan director, anteproyecto y proyecto básico del centro. Con una inversión prevista de 60 millones de euros, el Centro de Convenciones iba a ocupar una superficie de 100.000 metros cuadrados junto a la Ciudad de la Justicia.

proyectos fantasma El portavoz adjunto de EUPV en las Corts Valencianes, Ignacio Blanco, formación personada como acusación popular en esta causa, ha asegurado ante los medios en Castellón que tanto el Centro de Convenciones de Castellón como las torres de la Ciudad de las Artes y las Ciencias son “proyectos fantasma”, por los que Santiago Calatrava “cobró muchos millones de dinero público y no se han hecho”.

Hubo un tiempo, sus años dorados, en los que el mundo le reclamaba: Estados Unidos, Suiza, Canadá y Alemania querían su arte. Pero la elevada cuenta de construcciones que han terminado en desastre han puesto al arquitecto en tela de juicio. Concretamente, en el caso del Centro de Convenciones de Castellón, Calatrava “modificó de manera unilateral el presupuesto, justificándose en una petición del Ayuntamiento de Castellón que en ese momento tenía a Alberto Fabra de alcalde, ya que había firmado un contrato por sesenta millones de euros y presentó un proyecto solo para hacer una primera fase por noventa millones”.

Fotografías Respecto a la no comparecencia de Santiago Calatrava en el juzgado, Blanco señaló que “es curioso lo rápido que acudía a las citaciones para hacerse fotografías con Francisco Camps, Eduardo Zaplana o Carlos Fabra que le reportaban muchos millones de euros en contratos públicos y qué difícil es encontrarlo para que venga a declarar como imputado”.

Pero Calatrava tiene que pasar a menudo por diferentes juzgados. En Oviedo fue condenado a indemnizar con 3 millones de euros a la promotora por los fallos en el Palacio de Congresos y en Venecia está abierto un juicio por un sobrecoste de casi 4 millones en la construcción de un puente. Otro puente le trajo también de cabeza: el Zubizuri de Bilbao. En 2013 también le llegó una demanda desde Araba, presentada por Bodegas Domecq. Fuera del Estado español ha recibido denuncias que llegan de lugares como Jerusalén o Haarlemmermeer, en Holanda, que ponen su trabajo en el disparadero. su trabajo.