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Una brigada judicial analiza los escombros en busca de la bengala que originó el incendio

la carcasa podría haber desaparecido tras los trabajos de limpieza en trintxerpe Agentes policiales examinan las partes superiores del inmueble y toman declaración a los testigos que observaron el impacto

Una brigada judicial analiza los escombros en busca de la bengala que originó el incendioFoto: efe

donostia. "Dar con la carcasa es complicado, pero no imposible. El inmueble ha quedado muy mal, pero no ha quedado desintegrado", indican fuentes del cuerpo de Bomberos de Donostia consultadas por este periódico. No hay una confirmación oficial, pero todas las hipótesis apuntan a que fue el lanzamiento de una bengala el causante del fuego que dejó sin hogar a 42 familias de Pasaia. La alcaldesa del municipio, Amaia Agirregabiria, confirmó ayer que una brigada judicial está analizando estos días los escombros para orientar las investigaciones.

Fuentes consultadas indican que uno de los mayores handicap para localizar restos de material pirotécnico se encuentra "en el trabajo de desescombro que se realizó al día siguiente del incendio", una labor que se antojaba necesaria debido al peligro de derrumbamiento que se cernía. "Igual, tras esos trabajos se han podido borrar pruebas, pero no lo sabemos todavía con certeza", señalan.

La Ertzaintza ya ha tomado declaración a testigos que aseguraron haber visto cómo una bengala náutica impactaba durante la celebración del Año Nuevo contra el tejado de los números 5 y 7 de Euskadi etorbidea. Los esfuerzos se centran ahora en recabar el mayor número de pruebas.

Agentes de la Policía Científica con base en Erandio se personaron durante la mañana del 2 de enero en la zona del siniestro, donde tomaron fotografías y examinaron las partes superiores de los inmuebles afectados para comprobar los desperfectos provocados supuestamente por la bengala náutica, utilizada para dar la señal de alerta ante cualquier percance en la mar.

bengalas de mano y cohetes La ley exige a las embarcaciones el empleo de diferentes cantidades de material en función del tipo de pesca. La normativa obliga portar tres bengalas de mano hasta las cinco millas y, más allá, bote de humo y cohete paracaídas, el que presuntamente fue lanzado en Trintxerpe. "Una bengala de mano no la lanzas hasta un tejado, tuvo que ser un cohete el que provocó la explosión", sospechan. Este tipo de productos puede alcanzar una altura de hasta 300 metros para luego descender suavemente gracias al paracaídas incorporado, el mismo que pudo alojarse sobre los tejados de la calle Euskadi Etorbidea.

Un vendedor consultado recela de las pistas que pueda arrojar el eventual hallazgo de la carcasa. El problema de este tipo de productos, sostiene, es que "no llevan un número de serie sino de registro, por lo cual es muy complicado dar con el origen de venta. Es decir, no puedes saber en concreto a quién se la has vendido. Si tú encuentras la carcasa, en ella no aparece nada salvo el número de registro, que no te aporta información relevante sobre la unidad. Una escopeta, por ejemplo, sí tiene un número de serie, pero una bengala no", precisa.

A la espera de los resultados que ofrezca la investigación, fuentes consultadas del sector reconocen los problemas que siguen entrañando "las bengalas caducadas", cuyo reciclaje no se ha facilitado precisamente en los últimos tiempos, dejando la puerta abierta al uso que cada particular quiera dar a ese material fuera de fecha.

Hasta hace unos tres años, era la Guardia Civil la que se encargaba de desactivar este tipo de material, a medio camino entre la pirotecnia y los explosivos.

Actualmente este cuerpo policial ya no se encarga de esa tarea. "He pasado mucho tiempo luchando contra un montón de organismos y no había manera de que nadie recogiera el material usado. Desde que dejó de hacerlo la Guardia Civil, surgieron empresas de reciclado, pero todo se hace previo pago, ante lo cual hay particulares que optan por no devolver las bengalas", señalan fuentes de un sector en el que son conocidos los clientes y sus proveedores.

Actualmente la ley obliga a los vendedores a recoger el material, siempre y cuando "el comprador entregue las bengalas usadas". Previo pago, las empresas envían los artefactos a firmas que se dedican a destruir los explosivos. "En el caso de Trintxerpe, probablemente hayan tirado alguna de esas bengalas caducadas que no han sido devueltas. Utilizar una nueva es de tontos, porque deberían reponer otra para el barco, y los controles de la Guardia Civil son muy estrictos al respecto".

control de venta La venta de bengalas náuticas está sujeta a un estricto control en Gipuzkoa. A las empresas que comercializan estos productos se les exige disponer de un habitáculo alejado del lugar de atención a la clientela. Las bengalas se guardan en un armario metálico bajo llave.

Fuentes consultadas explican que Industria es muy exigente a la hora de otorgar la licencia de venta. Siempre es preciso solicitar el DNI del cliente y los datos del barco. Es la información requerida por la Administración. "Ni siquiera podemos disponer de la cantidad de bengalas que queremos. Ellos nos dan el máximo que juzgan conveniente en función de las características del local", asegura un comerciante.

Los cohetes, bengalas y botes de humo vendidos deben figurar en un libro de registro, que es el que suele pedir la Guardia Civil. "Las entradas y las salidas tiene que coincidir con el stock que tengas", detalla otro vendedor guipuzcoano, que en alguna ocasión ha recibido la visita de algún comprador que no acreditaba la titularidad de una embarcación. "En esos casos lo tengo muy claro. No lo vendo, salvo que haya una embarcación de por medio. Luego ves bengalas en los campos de fútbol y en las manifestaciones... ¿De dónde salen? Cada uno debe saber lo que hace", zanja el mismo comerciante.