bogotá. Siempre hay dos Colombias, la que triunfa y la que sufre por su riqueza; la empresa multinacional que firma acuerdos con el Gobierno para explotar los recursos naturales y la que malvive de la tierra. En el caso de la minería hay dos formas de trabajar y extraer el oro: un modelo artesanal, limpio y que no agrede al medio ambiente, y otro que utiliza maquinaria pesada y genera un impacto brutal ya que destruye los cerros de las serranías de zonas ricas como el sur de Bolivar. Allí, la imagen de buscadores de oro ilegales removiendo el plato de arena y mercurio buscando las preciadas onzas o sumergidos en fangos de barro con escafandras tras el paso de dragas y retroexcavadoras, en medio de una selva convertida a su paso en desierto, nos recuerda a tiempos pasados del Far West.
La Asociación de Mineros del Sur de Bolivar Asamisur, con 320 familias asociadas desde su creación en 2007, denuncia que el Estado está apoyando a grandes empresas, las que le generan más ingresos, aún a costa de comunidades que llevan más de 40 años viviendo la minería artesanal y que se ven desplazadas por otros intereses económicos. Desde este colectivo, Juan Hincapié asegura que la reforma del Código de Minas se ha hecho al dictado de estas grandes compañías. Sin ir más lejos, una importante firma empresarial ha solicitado 7.0000 hectáreas para la explotación de minería a cielo abierto, y "tienen los medios para conseguirlo, sin tener en cuenta los derechos de la población que habita en esta zona". Otra firma canadiense ya cuenta con el aval del Gobierno al que le interesa "que las empresas tengan una mayor producción y consideran que el pequeño no es competitivo". El Gobierno ha declarado así la guerra a la pequeña minería, la que como mucho utiliza una moto bomba y otras técnicas artesanales, y que garantiza la recuperación de la zona en dos o tres años, sin la utilización de productos contaminantes, y en espacios limitados de la montaña y a orilla de las quebradas.
Asamisur reclama al Gobierno que declare una área de reserva especial para la minería, dotada con 2.000 hectáreas, que permita vivir de la minería artesanal a comunidades que ejercen esta actividad desde hace muchos años. La propia asociación se dotó, en coordinación con la comunidad afectada, de un ordenamiento territorial para definir las áreas de actividad y las zonas a preservar, delimitando el espacio de trabajo de la extracción y el destinado al sector agropecuario, "porque no queremos deforestar toda la montaña". Estrategias de trabajo en uno de los territorios baldíos (reserva forestal) que topa con la presencia de empresas que voltean el territorio e introducen retro excavadoras y productos químicos (mercurio, arsénico y cianuro), además de trabajar bajo control de bandas criminales. La dinámica es la siguiente: el pequeño minero realiza un "capeo" de la zona que sirve de pista a las grandes compañías. Además, el pequeño minero se ve obligado a "pagar tantos impuestos que no alcanza para sobrevivir". Una familia puede obtener uno o dos gramos de oro al día, si hay suerte, señalan.
cuatro gramos por hora Por otro lado, la mediana minería, promovida por antiguos propietarios de fincas, también hace uso maquinaria destructiva y el destrozo sobre la naturaleza es evidente. Son innumerables las hectáreas que antes eran bosques y hoy día pedregales. Los empresarios alquilan sus tierras, de las que obtienen un porcentaje de beneficio sobre el oro extraído. Según declaran, los empleados obtienen cuatro gramos de oro por hora si saben buscar el tajo porque "el mineral curiosamente va rotando de sitio, es como si caminara o regresara porque hay zonas que en dos meses el que no buscó de pronto encuentra", y en jornadas de diez horas alrededor de 40 gramos. Hace dos años por gramo se obtenían 100.000 pesos, ahora entre 66.000 y 69.000 pesos "y casi al minero no le da para vivir. Cada hora de maquinaria cuesta 150.000 pesos. Si el minero no produce, no gana dinero". Además, pagan la "vacuna" a las bandas criminales (alrededor del 10% del oro que saquen)", añaden. "Contamos con permisos provisionales pero las únicas licencias las tienen las multinacionales", abundan.