zalla. El juez ha decretado el secreto de sumario en el asesinato este sábado de un vecino de Zalla de 84 años presuntamente a manos de su hijo, que después trató de quitarse la vida arrojándose a las vías del tren. Asimismo, según fuentes de la Ertzaintza, habría sido el supuesto parricida quien llamó al 112 pidiendo una ambulancia para socorrer a su madre, atendida por inhalación del gas procedente de una espita abierta. La mujer ingresó el sábado en urgencias y fue dada de alta ayer por la tarde. Por su parte, F. M., de 52 años, sufre graves daños internos producto del impacto con un vagón del tren.

La consternación aumenta en la localidad encartada conforme afloran más detalles sobre el drama que muchos sospechaban que vivía la familia. Ayer una hija de la víctima declaraba a las cámaras de ETB que el miedo atenazaba a sus padres hasta tal punto que su madre instaló un cerrojo en la habitación y su padre llegó a vaticinar el trágico final que el sábado sacudió Zalla.

golpe sospechoso Aunque no expresaron sus temores fuera de casa, "quizás por miedo a represalias", en opinión de un amigo cercano a la familia. "Una vez la vi -a la esposa de la víctima- con un golpe en la cabeza. Le pregunté que había pasado y me dijo que se había resbalado. A la vista de los acontecimientos, creo que quizás no fuera fortuito", señalaba a este periódico.

Los conocidos del matrimonio se preguntan cómo afectarán los hechos a la mujer, de 80 años, ya que "está enferma y recibía tratamiento médico". Además, "su marido era su soporte: siempre iban juntos a todas partes y vivía las 24 horas del día pendiente de ella por su delicada salud", recuerdan quienes los encontraban habitualmente paseando por el parque. "El sábado a mediodía coincidimos con ellos", rememoraba una pareja todavía sin poder creer lo que ocurrió ese mismo día por la noche.

Por el contrario, F. M. se dejaba ver en solitario "andando en bicicleta y siempre con una gorra puesta", tal y como describía una cuadrilla del municipio. "Se comenta que llevaba muchos años en el paro y tenía ciertos problemas", agregaron "impactados, no porque una cosa así ocurra aquí, simplemente porque ocurra, lo que pasa es que en una comunidad relativamente pequeña afecta más".

Pocos minutos después de que las patrullas de Ertzaintza, la Policía Municipal y los bomberos acudieran al portal de la calle Luis Sesé, la tragedia ya había saltado a los teléfonos móviles y redes sociales. "Estábamos cenando en el bar que está justo enfrente de ese portal cuando vimos llegar la ambulancia y los bomberos. Enseguida recibimos mensajes de WhatsApp y Facebook con versiones de lo más contradictorias: primero decían que había matado al padre de un tiro y luego que le había acuchillado", detallaba un grupo de jóvenes. Parece ser que F. M. murió tras recibir varias puñaladas. "Esta tragedia ha puesto de manifiesto las consecuencias de no recibir tratamiento psiquiátrico en los casos en los que es necesario. Aquí y en otros lugares hay gente en la misma o peor situación que este hombre.", alertaba un vecino.

La familia residía en Zalla "desde hace por lo menos cuarenta años, llegaron desde Andalucía", relataban amigas de las hijas del matrimonio.

El Ayuntamiento de Zalla expresó sus condolencias a la familia de la víctima en una nota redactada por toda la corporación.