EN las últimas horas ha vivido pegado al teléfono. No es para menos. Desde que el miércoles se hiciera con la pieza ganadora del concurso de quesos de oveja latxa de Ordizia, el más prestigioso de los que se organiza en Euskal Herria, el bergararra Victoriano Arizabaleta se ha convertido en todo un experto en conceder entrevistas. "Con esta -en alusión a la que ocupa estas líneas-, habré hecho más de diez", explicaba ayer sin perder la sonrisa.
Al propietario de la cadena de panaderías, pastelerías y delicatessen Bolintxo, un negocio que atesora 135 años de andadura, hace "unos tres o cuatro meses" que empezó a rondarle por la cabeza la idea de participar en la subasta de la popular cita ordiziarra. "Se lo comenté a la mujer -la osintxuarra Mari Carmen Gantxegi- y le pareció bien. Pero eso sí, fuimos bien aconsejados. Un representante de quesos Aldanondo nos acompañó todo el rato", precisó.
Ayer, un día después, Arizabaleta seguía saboreando su primer aterrizaje en la feria de Ordizia. "La experiencia ha sido muy positiva", afirmaba. "Increíble", redondeaba su esposa. "Pusimos un tope de 8.000 euros, más no íbamos a pagar por el queso", comentaba el bergararra. Pero no le hizo falta llegar hasta esa cantidad. Con 500 euros menos se llevó a casa el manjar ganador del certamen, elaborado por el pastor Ricardo Remiro, del municipio navarro de Eulate.
"Cuando la aseguradora Catalana Occidente -en 2012 fueron los vencedores- pujó por 7.400 euros, pensé que con estos ya no tenía nada que hacer. Y, al final, me lo traje por 7.500 euros", relató Arizabaleta, para quien desembolsar tan generosa cantidad "por medio queso" reporta "otras muchas cosas". "Pienso que también nos damos a conocer como negocio y, además, hay que tener en cuenta que ese dinero se destina a ayudar a la residencia de ancianos de Ordizia", recordó.
"Si fuimos con ciertas dudas, vinimos encantados. Muchos de los que me han llamado para felicitarme me han dicho que me he portado", manifestaba un satisfecho Arizabaleta que ayer por la mañana aún no había degustado el premiado ejemplar. Lo está reservando. Porque quienes sí que van a tener la ocasión de satisfacer sus paladares con este sabroso lácteo serán los amigos de Victoriano con quienes celebrará una cena. Otra parte del queso viajará hasta Colombia. Tiene familia allí y dentro de unas semanas irá a visitarles.
Aunque antes de complacer al estómago, la pieza ganadora la expondrá durante unos días en las tiendas de Bolintxo de Arrasate, Bergara y Eibar.
en el caserío Bolintxo
22 establecimientos
Victoriano siguió los pasos de su abuelo, Pablo Arizabaleta Larrea y su padre. Fue el primero el que puso en marcha el negocio del pan en el caserío Bolintxo que da nombre al negocio. En el barrio San Juan de Bergara, donde hoy en día se mantiene el obrador.
Entonces los panes artesanales viajaban hasta el centro de la villa mahonera en burro para su venta puerta a puerta. El salto cualitativo llegó con el paso de los años y en 1990, con la evolución del sector panadero y la propia demanda, un aventurero Victoriano, la tercera generación de esta actividad empresarial, se embarcó en la expansión del negocio. Tras la apertura aquel año del primer despacho de panadería Bolintxo, el proyecto fue explorando nuevas vías como la pastelería y delicatessen. En la actualidad cuentan 22 establecimientos repartidos básicamente entre las comarcas de Debagoiena y Debabarrena.