Sara. Con la ayuda del Gobierno Vasco y las asociaciones de padres y madres de las escuelas públicas de Hegoalde -lo que pone ya de manifiesto la falta de medios propios de los que disponen- Ikas-bi, la asociación de familias de la enseñanza bilingüe en las escuelas públicas de Iparralde, celebró ayer en Sara el 30 aniversario del comienzo de una andadura que se enfrenta todavía a innumerables obstáculos.
Hace 30 años, con la implicación directa de los electos de la actual villa -pero antiguamente llamada república de Sara como se indica en una inscripción de la plaza del pueblo- echó a andar la primera experiencia de enseñanza en euskera en la escuela pública local. En la sombra de la ideología nacionalista francesa, las dificultades fueron enormes en aquel tiempo y existía solo el amparo de una circular del ministro para librarse del discurso jacobino de una burocracia entramada en la Francia colonial. Sin embargo, la experiencia de Sara se hizo camino. La nota positiva del balance de 30 años la quiso dejar bien sentada en su pequeña alocución à la crème de la sociedad de Iparralde, "el hombre encargado de plantar el decorado de la fiesta", el dentista y presidente de la asociación Ikas-bi, Thiery Delobel.
En el exterior del Ayuntamiento, apoyados por grupos de txikis con la cara pintada de pirata, hada, etc., un grupo de padres de Ikas-bi portaba una pancarta con los nombres de varios pueblos de Iparralde en los que la enseñanza bilingüe está en peligro ahora por motivos económicos: Miarritze, Maule, Ustaritz, Arbona, Barkoxe? Algunos padres de Barkoxe llegaron a Sara desde Zuberoa para escenificar una pequeña mascarada.
El director académico de Pau, Philippe Coutureaud, ha avanzado recientemente que el año que viene quiere suprimir tres medios puestos en Barkoxe y la consecuencia es que cinco niveles de edad tendrán que compartir clase con la misma profesora si optan por el modelo de tener la mitad de clases en euskera. El previsible descenso de la calidad de la enseñanza hace que muchas familias puedan decidir sacar a sus hijos e hijas del servicio bilingüe, incluso a edades más tempranas del que lo hacen habitualmente, según aseguraba, pancarta en mano, el vicepresidente de Ikas-bi, Daniel Harotzarene.
La fiesta sirvió para recordar que el objetivo de la escuela pública es transmitir conocimientos y la lengua regional, como es reconocido por la nueva ley aprobada en París el pasado mes de mayo. El 28% de todos los alumnos menores de Iparralde aprende en bilingüe y en la escuela pública. Los que van a las ikastolas y los que aprenden en las escuelas privadas religiosas hacen aumentar esa cifra solo hasta el 34%. Sin embargo, de todas las ayudas que se destinan al euskera, nada llega al servicio bilingüe de la escuela pública. Hace 7 u 8 años la propia Ikas-bi disponía de un presupuesto públicamente sostenido de 200.000 euros y actualmente solo obtiene 20.000, "lo que no llega ni para un sueldo".
Mientras tanto, según Delobel, la institución pública del euskera ha perdido toda influencia en el ámbito de la escuela pública, y a la sombra de la república, la doctrina Coutureaud, consistente en abrir un servicio bilingüe solo con la condición de cerrar al mismo tiempo uno en francés, está creando confrontaciones dentro de los centros escolares.
Otro hecho es que, quiérase o no, el 80% de las familias de los niños bilingües de la escuela pública, al menos en la aglomeración de Biarritz-Anglet-Baiona, no habla euskera. Y su motivación para elegir el bilingüismo es, como el que resume Joanna Ainciart, que trabaja como voluntaria en la organización, "quiero que mi hija conozca y participe en la cultura local, por un lado, y por otro lado creo que el bilingüismo es una buena gimnasia cerebral para los niños, de cara a que se abran al mundo y aprendan nuevos idiomas".