Donostia. La primera de las tres jornadas de huelga de los trabajadores del centenar de residencias de ancianos y centros de día de Gipuzkoa, convocadas por los sindicatos ELA y LAB -y a las que ayer se sumaron CCOO y UGT-, transcurrió con relativa normalidad, pese a afectar a más de 6.000 usuarios.

Según los sindicatos convocantes, la jornada fue "un rotundo éxito", con un seguimiento del 93,2%. "Creemos que se trata de una jornada histórica, ya que está siendo la huelga más grande que se ha hecho en las residencias de Gipuzkoa en los últimos 30 años", aseveró el responsable socio-sanitario de ELA en Gipuzkoa, Iñigo Zubeldia. "Pero es que, además, más de la mitad de la gente que ha cubierto los servicios mínimos ha declarado claramente que quería hacer huelga", añadió Zubeldia. Desde LAB, compartían esta visión exitosa del paro. "Estamos muy contentos con la respuesta que ha dado la gente", manifestó Ane Sarriegi.

Los sindicatos minoritarios CCOO y UGT, que ayer se sumaron a la propuesta, hicieron su particular balance del día. "Estamos contentos y nos vamos con muy buen sabor de boca porque el seguimiento ha sido bastante alto, de una media del 75%, dependiendo de la residencia", indicó Abi Muñumer, representante de CCOO.

Adegi, por su parte, hizo una valoración totalmente opuesta de la incidencia del paro, que cifró en un 5%. La patronal guipuzcoana hizo público un comunicado en el que resaltó la "escasa incidencia" de la huelga e instó a los trabajadores a firmar el Convenio de Residencias. "Es mentira que el 8 de julio, en caso de que no haya convenio, los salarios de los trabajadores de las residencias vayan a sufrir una bajada (de sueldos) generalizada", señaló.

La patronal se muestra de acuerdo con la decisión de la Diputación de aportar 8,2 millones en dos años para "mejorar las condiciones económicas" de los trabajadores, pero entiendo que los salarios "dependen de la aportación foral y no de la reforma laboral".

Adegi añadió que no entiende "por qué se mantiene un conflicto en el que hay acuerdo entre todas las partes", y recordó que se vive un contexto económico "duro y difícil", en el que la mayoría de los trabajadores ven cómo han empeorado sus condiciones económicas. "La mejor garantía para los salarios es la firma del Convenio de Residencias", agregó.

servicios mínimos Los servicios mínimos establecidos por la Diputación -del 60% en lo referente a las actividades básicas y del 50% para el resto de la jornada- permitieron que los ancianos tuvieran cubiertos los servicios asistenciales tales como la alimentación, la higiene personal, los cambios posturales o la administración de las medicaciones, pero la rutina diaria de los centros se vio interrumpida por la huelga.

"Está siendo un día raro porque nos estamos limitando a las comidas, la limpieza, las duchas a quienes se haya pautado y poquito más", reconocía Leire Pérez, trabajadora del centro donostiarra Txara I y miembro del comité de empresa.

Pese a su deseo de hacer huelga, a Eva Luis, delegada de ELA y trabajadora de Sarquavitae Berra, en Altza, también le tocó cubrir los servicios mínimos. "Las trabajadoras hemos pasado un día tranquilo pero con muchas limitaciones, porque no podíamos excedernos de nuestras labores de atención directa", señalaba. "Es verdad que para los usuarios ha sido un día aburrido. De normal, hacemos muchas actividades en el centro de día y hoy no se ha hecho absolutamente nada, pero creemos que entienden nuestra postura y que nos apoyan", confesó Luis.

Ainhoa Sebastián, delegada de LAB y empleada de la residencia Txara II, también tuvo que cubrir los servicios mínimos y reconoció que los servicios básicos se sacaron adelante "con cierta dificultad". "Con la reducción del personal, todo ha ido mucho más lento. Los desayunos, por ejemplo, se han alargado, y ha habido usuarios que han desayunado algo más tarde de lo que lo hacen habitualmente y otros que han desayunado en la cama porque no habían sido levantados todavía", citó a modo de ejemplo.

Los empleados que ayer tuvieron que ir a trabajar agradecieron el apoyo que mostraron numerosos familiares con la situación que está viviendo los 4.800 trabajadores del sector en Gipuzkoa. "Los familiares, en una inmensa mayoría, comprenden nuestras reivindicaciones. Los trabajadores han estado explicando durante meses cuál es la situación y por qué se ha llegado a este conflicto. De hecho, se han recogido 2.500 firmas de familiares apoyando a los trabajadores en sus reivindicaciones", aseguró Zubeldia.

preocupación familiar No obstante, los empleados también entienden que entre las familias haya preocupación ante esta situación. "Los familiares se debaten entre dos cuestiones. Por un lado, entienden que como trabajadores tenemos derecho a reivindicarnos. Hay mucha gente que es muy tolerante y muy amable, que viene a menudo a las residencias y que ve cuánto trabajo tenemos y el poco personal que estamos. Pero por otro lado, son sus padres y sus madres los que están sufriendo las consecuencias de esta situación y, como es perfectamente lógico, se preocupan", contó Reclusa. "Lo único que podemos decirles es que intentaremos atenderles lo mejor que podamos, con el mismo cariño de siempre, pero con medios más limitados", transmitió a los familiares.

Además, los trabajadores recordaron que son "los primeros interesados en que esta situación se solucione". "Esto no es una fábrica que en un momento se cierra y no pasa nada. Trabajamos con personas que son muy dependientes y, sobre todo por ellos, si esto termina hoy, mejor que mañana. Desde luego esperamos que no tengamos que cumplir los tres días de huelga y, por supuesto, que no tengamos que ir a la huelga indefinida en abril", apuntó Pérez.

Ante esta coyuntura, desde ELA instaron a Adegi a que "se siente en la mesa de negociación y firme definitivamente el convenio provincial y los convenios de empresa correspondientes".

La huelga continuará hoy y mañana y los sindicatos no descartan convocar nuevas movilizaciones, e incluso una huelga indefinida en abril, si la negociación del convenio provincial no se desbloquea.