vitoria/madrid. Las repercusiones de los problemas detectados en el tercer reactor de la central belga de Doel continúan. La posibilidad de que estos fallos en la vasija, que presenta un número preocupante de grietas, puedan producirse en otras plantas con material del mismo fabricante que la infraestructura belga -la firma holandesa Rotterdam Droogdok Maatschappij- ha activado estudios en diversos recintos. Entre ellos, en Santa María de Garoña. Pero, por ahora, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no ha encendido la voz de alarma.

La entidad estudia la documentación sobre las vasijas de Garoña y Cofrentes, realizadas por la misma empresa del reactor Doel 3, que ya está cerrado en Bélgica por posibles fisuras, unos defectos que, en el primer caso "no son directamente extrapolables" y, en el segundo, "potencialmente" no le afectarían.

En una nota, el CSN afirmó ayer que en Garoña (Burgos), la fabricación utilizada para su vasija fue similar a la usada en Doel 3, aunque hay "diferencias como el tamaño de la vasija, el espesor, las dimensiones, el número de piezas forjadas y el tipo de reactor, que es de agua en ebullición (BWR), que hacen que los defectos de la vasija del reactor de agua a presión (PWR) de Doel 3 no sean directamente extrapolables".

materiales Mientras, en el caso de Cofrentes (Valencia), la infraestructura "no estaría potencialmente afectada" por los defectos detectados en Bélgica, ya que los procesos y materiales de fabricación de su vasija -como chapas semicirculares soldadas verticalmente-, son distintos a los de la de Doel 3 -tres anillos de forja soldados horizontalmente-. Este caso surgió después de que se detectaran defectos en la vasija de Doel 3 que podrían provenir de su fabricación.

El director general de la Agencia Federal Nuclear Belga (AFNB) -el equivalente al CSN-, Willy De Roovere, incluso se mostró recientemente a favor del cierre "permanente" de los veinte reactores de todo el mundo, cuya vasija fue construida por ese fabricante holandés, siempre que se detecten fisuras serias como las que se han hallado en Doel.

De momento, como medida inicial la central belga se cerró para que se llevaran a cabo diversos análisis técnicos definitivos. Pero De Roovere dudó de la continuidad de la actividad de Doel 3 a partir del 30 de septiembre, después de que se registraran numerosas fisuras -8.000 de dos centímetros- en la vasija del reactor.

las primeras decisiones La noticia tuvo consecuencias. En Bélgica, de entrada, se optó por inspeccionar la seguridad de todos sus reactores. Sin excepción. Por ejemplo, De Roovere reconoció que le sorprendería que no se detectaran problemas similares a Doel 3 en el segundo reactor de la central belga de Tihange. Los resultados de los controles que ahora se han iniciado se conocerán, en principio, "a mediados de septiembre"; la idea es que estos fallos se deben a la fabricación de la vasija, pero tampoco se ha descartado que obedezcan a un problema de calidad del acero usado en la fabricación.

Por ello, el CSN está analizando la información sobre la fabricación de las vasijas y los parámetros determinantes en la posible aparición de estos defectos. Este organismo realizará inspecciones para verificar los ensayos realizados en el proceso de fabricación; las características del acero empleado, y los resultados de las comprobaciones llevadas a cabo en los programas de inspección en el marco del código ASME, que establece los criterios de inspección para las centrales de diseño estadounidense, como las de Garoña y Cofrentes.