irun. Aunque la reutilización de ropa y muebles es la versión más conocida de Emaús, la agrupación también desarrolla una importante labor social que se esconde en la sombra. Hoy, con la coyuntura de crisis económica, Emaús se ha consolidado en el mercado guipuzcoano.
Hoy comienza en Anglet la Asamblea Mundial de Emaús. ¿Cómo afrontan esta semana de encuentro?
La Asamblea Mundial se celebra cada cuatro años y es un momento de encuentro en el que se hace una evaluación del trabajo de los años anteriores, se establecen cuáles van a ser las líneas estratégicas a seguir y se eligen diferentes cargos.
¿Quiénes van a participar en esta Asamblea?
En este momento Emaús lo formamos 316 grupos en 36 países de Europa, Asia, África y América. Las personas que vienen a Anglet son delegados o responsables de esos grupos, lo que nos permite compartir las distintas experiencias y conocer otras formas de trabajar, porque no es lo mismo el trabajo que se lleva a cabo aquí que el que se hace en África o Asia.
¿Cuál es la situación actual que vive Emaús en Gipuzkoa?
En estos momentos, a nivel de gestión de residuos tenemos dos grandes puntos de venta, que son el Eco Center de Belartza y el de Irun. Además, gestionamos otros dos puntos de venta, uno en la plaza Centenario de Donostia y otro en Arrasate. Y el objetivo es abrir un tercer Eco Center, en Arrasate.
En el contexto de crisis económica que vivimos ¿ha aumentado la clientela de estos espacios?
Ahora mismo estamos atendiendo unas 10.000 llamadas anuales que corresponden a avisos para pasarnos por los domicilios para recoger material y tenemos una población media mensual de unas 7.000 personas que compran en nuestros puntos de venta.
Así que puede decirse que la reutilización está muy bien aceptada entre los guipuzcoanos.
Así es. Al comienzo de la crisis nos preocupamos porque mucha gente venía a las tiendas pero apenas recibíamos material. Gracias a una campaña publicitaria que hicimos, hemos logrado equilibrar esa balanza. En estos momentos podemos ser insensibles pero no irresponsables. No tiene sentido que a unos les falte de todo y otros despilfarren.
¿Qué beneficios aporta la reutilización?
Desde Emaús consideramos que, con la que está cayendo, estamos despilfarrando una serie de recursos que todavía podrían ser aprovechados. La reutilización, además del impacto visual y medioambiental que evita, sirve para crear empleos, además se generan unos ingresos de los cuales surgen unos impuestos que vuelven a la administración, y, por último, ofrece unos recursos a bajo precio a gente con carencias a nivel económico.
Además de ropa y muebles, ¿con qué otros artículos trabaja Emaús?
La idea es diversificarnos. Ahora mismo estamos empezando con la gestión de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos, además estamos desarrollando una línea de trabajo que llamamos Sin desperdicio que consiste en aprovechar banderolas publicitarias para crear bolsos, carpetas...
Además de la reutilización, Emaús tiene otra faceta social menos conocida. ¿En qué iniciativas se concreta esta en Gipuzkoa?
Desarrollamos dos tipos de actuaciones. Una que es más asistencial y, en paralelo, otra formativa y de acompañamiento en el empleo. En cuanto al primer aspecto, gestionamos el albergue de Errenteria, otro en Portuenea en Trintxerpe y un centro de inserción de larga estancia en Uba, en el barrio de Loiola. Además, si todo va bien, en mayo abriremos un nuevo centro en Aiete que será un centro residencial para personas que provengan de otros programas. Y en lo que respecta a lo formativo, hay determinadas actividades que permiten a las personas que participan en ellas tener unos conocimientos teóricos y prácticos y un contrato de trabajo por seis meses. También hay programas de carácter terapéutico y acompañamiento en empresas de reinserción. Todo ello relacionado con cosas que luego nosotros podamos aprovechar para sacar a la venta.
¿A qué perfiles atienden?
Son cambiantes pero ahora mismo, lo que atendemos, fundamentalmente, son personas migrantes, personas con enfermedades mentales y gente que se ha quedado en paro.