mADRUGA, se prepara y sale de casa en bici. Todos los días laborables y algunos festivos. Sus vecinos del barrio donostiarra de Trintxerpe pensarán que la joven txirrindulari va a su trabajo en un medio saludable. Cierto. Pero nadie se imaginará cuál es su actividad. Ni de lejos.
Amaia Zurutuza, bergararra de pro, añada del 75, es una de las cientos de investigadoras que están ejerciendo su silenciosa y excelente actividad profesional en uno de los numerosos centros que se llevan promoviendo en Gipuzkoa desde hace años. Ella, en el edificio de Nanogune en Donostia. Ahí mismo. En la rotonda de Igara.
DONOSTIA Y GLASGOW
Muy buena estudiante
Magnífica estudiante, se licenció en Químicas por la EHU/UPV en la especialidad de Polímeros -ejemplos de polímeros son el almidón y el nailon- y antes de terminar su carrera, en 1998, fue a la Universidad de Strathclyde, en Glasgow, aprovechando el programa Erasmus.
Allí inició su primer proyecto de investigación, cuyo objetivo era la búsqueda de un sistema para el suministro controlado, a través de microgeles, de un producto farmacéutico.
Debido a su responsabilidad y valía intelectual, la propia universidad le ofreció proseguir su formación en el Departamento de Química de Polímeros trabajando en un proyecto doctoral, financiado por una empresa privada.
Describir su método y resultados supera el espacio de este reportaje. Basta decir que consiguió mejorar la cirugía de cataratas a través de unas lentes intraoculares formadas por geles.
Después de estar seis años en la propia universidad -ascendiendo en su consideración desde asistente de Investigación Predoctoral a Fellow Postdoctoral-, pasó a trabajar en una empresa farmacéutica como experta en sistemas poliméricos.
De su resumido currículum impresiona su perseverancia. Y su éxito profesional, que cristalizó en tres patentes en la síntesis de diferentes estructuras para producir sistemas de administración controlada para fármacos de aplicaciones muy variadas. Desde dosificadores orales, a vaginales e incluso para inyecciones intravenosas e implantes debajo de la piel. Siempre a tamaño micro o nanométrico.
En resumen, doce años en Glasgow. Primero en la universidad y posteriormente en la iniciativa privada. Dedicada en exclusiva a investigaciones de su especialidad.
REGRESO A CASA
El descubrimiento del grafeno
Como ella misma dice, "después de tantos años me entraron las ganas de volver al País Vasco. Ya echaba en falta a la familia, a los amigos… Y vi un anuncio para trabajar como director/a científico/a de una empresa dedicada al grafeno. No tenía ni idea de lo que era. Pero presenté mi currículum pensando que no me cogerían".
Y añade con una pícara sonrisa: "Pero, como el grafeno se había descubierto hacía muy poco tiempo, mis competidores sabían lo mismo que yo. Pasé una entrevista y me eligieron. Eso fue en noviembre del 2009 y empecé a trabajar en Graphenea en abril del 2010. Hace poco".
Actualmente dirige un grupo integrado por cuatro investigadoras. "Salvo nuestro director general, Jesús de la Fuente, todas somos mujeres. Tres doctoras en Química y una licenciada".
Y prosigue: "¿Que qué es eso del grafeno? Una de las capas individuales que forman el grafito. Las minas de los lápices son de grafito. Pero el grafeno está compuesto exclusivamente por átomos de carbono, unidos en forma de hexágonos -como los paneles de las abejas-, pero con un grosor de 0,345 nanómetros… No es que se pueda manejar, es que lo hacemos todos los días…". No hace falta preguntarle. Sigue risueña: "El grafeno tiene unas propiedades especiales que auguran su utilización en muchas aplicaciones futuras de nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, en la electrónica para la confección de pantallas táctiles flexibles. En la construcción de paneles solares y baterías para el coche eléctrico no contaminante… Podría llegar a reemplazar al silicio en los transistores de los ordenadores. Ya se ha demostrado que es más duro que el acero y que tiene una conductividad muy elevada. Pero todavía no hay productos en el mercado que contengan grafeno…". Y Amaia sonríe satisfecha: "Sus aplicaciones aparecerán en unos años. Todavía estamos en la fase de investigación. Por eso estoy aquí. En casa".