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Más de 200.000 personas sufren anorexia senil, más de la mitad de los mayores de 65 años

Más de 200.000 personas sufren anorexia senil, más de la mitad de los mayores de 65 añosOskar Martínez

De esta forma, de las 426.630 personas que superan los 65 años en Euskadi, más del 50 por ciento presenta esta enfermedad en mayor o menor medida.

En un comunicado, el presidente de Sener, el doctor Alberto López Rocha, ha aclarado que se trata de una patología que "provoca una disminución del apetito que en la mayoría de las ocasiones proviene de causas sociales, fisiológicas o psicológicas".

Además, ha indicado que, entre las causas fisiológicas, se hallan la pérdida del sentido del gusto y el olfato, "lo que disminuye la palatablidad de las comidas y una menor acomodación gástrica de los alimentos digeridos", lo que "genera, a su vez, sensación de ansiedad".

En cuanto a las causas sociales y personales, López Rocha ha destacado la disminución de la actividad física, que reduce la necesidad de ingesta de calorías, la ausencia de piezas dentarias o las dificultades masticatorias, lo que "obliga a un cambio de dieta y relega a los alimentos fáciles de ingerir, pero no siempre nutritivos ni saludables".

De los factores psicológicos, el doctor ha subrayado la depresión, "un problema mental frecuente en los ancianos, que afecta a la anorexia, aunque más indirectamente".

A su juicio, las consecuencias de la anorexia senil "pueden acarrear la desnutrición y la impactación fecal por estreñimiento crónico", ambas derivadas de la anorexia y, en general, "la pérdida de calidad de vida".

De esta manera, ha indicado que el menor ingreso de nutrientes "puede derivar en una desnutrición, más o menos acusada, pero, en cualquier caso, frecuente en el anciano".

En este sentido, ha asegurado que el 37 por ciento de los españoles mayores de 70 años que está hospitalizado "muestra síntomas de desnutrición, producida básicamente por dicha anorexi".

PREVENCIONES

Finalmente, entre las posibles soluciones para mitigar la anorexia, López Rocha ha remitido al aumento de la calidad de vida del anciano "en todos sus aspectos" y, en concreto, el tratamiento sanitario de los efectos derivados de esta patología, como el estreñimiento y la desnutrición en las personas mayores.

Según ha explicado, ambas se pueden combatir con ciertas medidas generales básicas como una ingesta adecuada y proporcionada de fibra, en torno a los 20 o 25 gramos diarios, actividad física moderada regular -por ejemplo caminar una hora al día-, beber al menos un litro y medio de agua en cada jornada y confiar en los especialistas médicos y farmacéuticos que recurren a productos sencillos, lejos del habitual laxante, que en la mayoría de los casos, lejos de solucionar el caso, lo agrava, "pues cronifica el problema debido al efecto 'rebote' que suele ocasionar".