Zarautz. Más de 60 trabajadores se han visto afectados por el incendio que el domingo por la noche arrasó cinco empresas del polígono Abendaño de Zarautz. Más de la mitad son empleados de Precocinados Caseros Gesalaga, firma en la que se originó el fuego. El resto de locales afectados son Elizalde Errustikoak, Mudanzas Montrans, Instrumentos Musicales Enrique Keller y maquinaria agrícola Ostadar, los otros cuatro negocios que sufrieron las consecuencias del devastador incendio que mantuvo en vilo a todo el municipio de Zarautz.
Ayer, en cuanto amaneció, propietarios y empleados comenzaron a cuantificar los daños e intentar salvar las máquinas y las herramientas de trabajo. No habían transcurrido ni doce horas desde que los bomberos consiguieron sofocar el incendio, cuyas causas siguen investigándose, cuando los empleados ya estaban manos a la obra con intención de volver a poner en marcha los negocios.
Algunos tuvieron más suerte que otros y lograron salvar parte del material que guardaban en sus locales. Pero, a medida que discurría la mañana, aumentaba el temor a que los daños obligaran a derribar el pabellón en el que se ubican los cinco negocios. No en vano, las llamas dañaron seriamente la estructura y la cubierta del edificio, cuyo techo de vigas metálicas se movió a causa del fuego y de las deflagraciones.
"Mi local no está tan mal como creíamos, pero me da miedo que finalmente tengan que echar abajo el pabellón entero porque parece que la estructura está demasiado dañada", explicó Joxe Mari Aiestaran, propietario de maquinaria agrícola Ostadar, mientras peritos y arquitectos analizaban los destrozos.
Tal y como se preveía, el negocio más afectado fue el de Precocinados Caseros, donde todavía ayer, olía a quemado y salía humo del tejado. "Ha ardido absolutamente todo. No se ha salvado nada. Es un siniestro total", comentaba José Luis Gesalaga, mientras observaba el estado en el que había quedado la empresa que regenta junto a su hermano José Manuel.
Según comentó, su "prioridad absoluta" es retomar la actividad de esta empresa, que da empleo a 35 personas y abastece entorno a un millar de carnicerías, restaurantes, tiendas de delicatesen y hoteles del territorio.
Ayer mismo, Gesalaga mantuvo una reunión con sus trabajadores para comunicarles que "ya se están estudiando varias posibilidades" para seguir con su actividad en otras instalaciones. "La gente se ha portado de maravilla y nos ha ofrecido sus locales, pero antes que nada, necesitamos conseguir la maquinaria necesaria, por lo que ya hemos empezado a estudiar el stock de otras compañías", indicó.
Casualmente a escasos metros de su local, su hermano Jagoba regenta la empresa Mudanzas Montrans, otra de las dañadas por el incendio. En este caso, el negocio no se vio afectado por las llamas, sino por el desplazamiento que sufrió la estructura del pabellón. Las grietas que presentaba ayer el local lo evidenciaban.
La madre de los Gesalaga, Arantza Aizpurua, les intentaba animar recordando que "podía haber sido peor" porque nadie había resultado herido. "Si hubiera ocurrido algo así, sería imposible darle la vuelta, pero saldremos de esta", afirmaba convencida.
Y lo decía desde su propia experiencia, ya que, como recordó, no era la primera vez que la familia Gesalaga se enfrentaba a un incendio. Según informó, el asador Lagunak que regentan desde 1978 en Zarautz ha sufrido tres incendios.
Ninguno alcanzó la magnitud del negocio de precocinados, "pero siempre hemos salido adelante, así que ahora también lo haremos". Porque además, recordó, "tenemos unos trabajadores magníficos y eso nos ayudará".
"Íbamos viento en popa" En el local de al lado, Xabi Elizalde, uno de los dueños de Elizalde Errustikoak, una empresa familiar dedicada a la restauración y rehabilitación de caseríos, explicaba con "impotencia" que el incendio les había pillado en un momento en el que la empresa "iba viento en popa".
"Estábamos trabajando de maravilla porque teníamos un montón de pedidos", comentó mientras intentaba tranquilizarse pensando que "por lo menos", habían podido salvar una furgoneta que estaba dentro de la empresa.
Su hermano era todavía más positivo y confiaba en que otro vehículo que se hallaba dentro del local en el momento en el que se originó el fuego está en buen estado. Aun así, no podrá comprobarlo hasta hoy, una vez finalice el peritaje del siniestro. "No nos dejan tocar nada, así que tenemos que seguir como meros espectadores", explicó "un poco frustrado".
Por su parte, los empleados de Instrumentos Musicales Enrique Keller pasaron el día alejando sus productos del agua utilizada para sofocar el fuego que, como ocurre en estos casos, acabó filtrándose en las paredes de la empresa. No en vano, se necesitaron miles de litros de agua para controlar este incendio, considerado por el alcalde de Zarautz, Juan Luis Illarramendi, como "uno de los más importantes de los últimos años" .
Efectivos de los parque de bomberos de Zarautz, Azpeitia, Irun, Donostia y Tolosa participaron en la extinción de este fuego, que comenzó a minutos antes de las 20.00 horas del domingo y pudo ser sofocado en dos horas. Aun así, un equipo de bomberos locales vigiló el pabellón durante toda la noche para "evitar que se reavivasen las llamas". Sus compañeros del cuerpo foral les tomaron el relevo ayer por la mañana "para controlar los últimos rescoldos".