Donostia. Las manos son, sin duda alguna, uno de los elementos del cuerpo que más utilizamos en nuestro día a día. Sin embargo, los médicos especialistas opinan que sólo les prestamos atención cuando sufrimos golpes, cortes, dolencias, esguinces, fracturas y, en los casos más graves, amputaciones. La variedad de patologías de la mano es amplísima y son miles las personas que las sufren a diario en Gipuzkoa. Muestra de ello es que la Unidad de la Mano del Hospital de Donostia atiende al año entre 2.500 y 3.000 consultas relacionadas con enfermedades de esta parte del cuerpo.
Según informan los doctores especialistas en Traumatología y Cirugía Ortopédica del citado centro hospitalario, Javier Goyeneche e Ignacio Torre, las enfermedades de la mano han experimentado una evolución significativa en los últimos 20 años. Explican que, hasta hace dos décadas, las consultas más frecuentes estaban ligadas a accidentes laborales de urgencia que terminaban, en muchos casos, con la amputación de uno o más dedos. Pero afortunadamente, con el paso de los años, los mecanismos de seguridad de las máquinas de las empresas han avanzado tanto que este tipo de intervenciones ha disminuido sustancialmente, hasta los dos casos de promedio al mes.
Como consecuencia, el groso de los pacientes que acuden a día de hoy a la Unidad de la Mano del Hospital Donostia lo hace para tratarse de enfermedades menos urgentes. Según informan Goyeneche y Torre, las tres patologías más comunes son el síndrome del túnel carpiano, la rizartrosis del pulgar y la enfermedad de Dupuytren.
La más conocida de las tres es la del túnel carpiano, una enfermedad que afecta al sistema nervioso y termina adormeciendo las manos de los pacientes. Este síntoma afecta al 3% de la población y tiene más incidencia en las mujeres de mediana edad, que en muchas ocasiones no tienen más remedio que recurrir a la operación.
Como explican los dos doctores de Donostia, la mayoría de los pacientes que llegan a su consulta con esta enfermedad manifiesta sensaciones de calor, calambre y entumecimiento (pérdida de rigidez y sensibilidad) en la palma de la mano y los dedos, generalmente el pulgar y los dedos medio e índice, especialmente cuando se acuestan.
Aunque esta patología es habitualmente el resultado de una combinación de factores, los traumatismos o lesiones que causan hinchazón en la muñeca, así como los cambios hormonales y la propia configuración del carpiano suelen ser las causantes.
En los casos en los que la enfermedad no está muy desarrollada puede tratarse con férulas que inmovilizan la articulación de la muñeca y disminuyen la presión, pero los casos más avanzados suelen requerir tratamientos quirúrgicos. Esta intervención consiste en ampliar el espacio de tránsito del nervio y resulta, según los especialistas, el tratamiento más eficaz a largo plazo.
Dupuytren La segunda patología más corriente entre los pacientes vascos, especialmente en los hombres, es la enfermedad de Dupuytren, cuyo síntoma principal es la flexión fija de algunos dedos, hasta el punto de quedarse pegados a la palma de la mano.
A pesar de que no se conoce el origen de la enfermedad, a diferencia del túnel carpiano, esta dolencia afecta generalmente a los hombres de mediana edad y tiene más incidencia entre las poblaciones indoeuropeas y nórdicas. De ahí que en Euskadi y otras comunidades del norte, como Galicia y Asturias, exista un mayor porcentaje de casos que en el resto del Estado.
Los cirujanos del Hospital Donostia informan de que la única manera de tratar el Dupuytren consiste en extirpar la cicatriz que la provoca. Pero la enfermedad nunca llega a curarse y siempre puede reavivarse. Según sus estadísticas, esta dolencia afecta al 14% de la población y, de ese porcentaje, el 3% requiere de tratamientos específicos u operaciones.
Por último, la tercera patología más frecuente en la Unidad de la Mano de Donostia es la rizartrosis del pulgar, conocida también como la enfermedad de familias monoparentales. No en vano, principalmente afecta a mujeres de mediana edad que, en muchos casos, viven solas.
Esta dolencia se produce por el desgaste o degeneración de la articulación de la base pulgar, provocando dolor en la articulación e inflamación de los tejidos que la rodean. Como consecuencia, las personas que padecen la rizartorsis del pulgar se ven impedidas para llevar a cabo actividades tan simples como girar una llave, abrir un frasco o agarrar objetos.
Como ocurre con el túnel carpiano, esta patología puede tratarse con férulas de inmovilización en los casos menos graves y, cuando la dolencia es severa, mediante la cirugía, extirpando el hueso que padece de artrosis.