El txotx tiene su propio ritmo y no se debe mezclar con jazz, rock, funk, reggae, rap, flamenco, soul o cualquier otro tipo de música. Tampoco con la trikitixa, a pesar de las raíces vascas de estas melodías, en las que los sones del acordeón y la cadencia del pandero alzan los brazos de los improvisados dantzaris y ponen a tamborilear sus piernas.
Estos movimientos colisionan con la desenfadada charla y los tragos de sidra de las personas reunidas en el escenario de kupelas dispuesto en el interior de las sidrerías. Así lo entienden en Petritegi (Astigarraga), donde hace más de dos años decidieron limitar los sones de la trikitixa al comedor. La razón: el txotx es sagrado.
Las barricas indican con claridad por medio de un dibujo que, además de fumar, no está permitido ambientar la zona con las melodías de trikitilaris. "No es un sitio para bailar porque se molesta al que está probando la bebida. No hay sitio para todos", explica Ainara, responsable del establecimiento hostelero guipuzcoano.
Esta mujer reconoce que no ha existido ninguna queja explícita de clientes, pero estimaron necesario acotar el espacio donde reposa el zumo de manzana para que los aficionados a esta bebida puedan continuar con el rito del txotx bajo el acompasado ritmo marcado por el sidrero y la melodía de las conversaciones. "No hemos tenido ningún problema. Esta decisión la tomamos porque la zona de kupelas es sólo para beber y hablar con tranquilidad. Si se introduce una trikitixa, unos molestan a otros. Hay empujones involuntarios y, al final, no se encuentran a gusto ni los que quieren beber ni los que bailan", afirma Ainara.
Esta mujer remarca que la "kupeltegia es un sitio sagrado, para beber y estar a gusto. Se puede echar un bertso pero no es un lugar de baile, es otro ambiente".
Así que en Petritegi se guardan las viejas costumbres. Se espera el turno en la hilera hasta llegar a la kupela, donde, tras mover el vaso en camino ascendente hacia la salida del chorro, se retira para dejar paso al siguiente catador.
Y antes de eso, la música y la letra que nunca deben faltar: ¡Txoooootx!