Soraluze. La sala para proyecciones cinematográficas del polideportivo de Soraluze acogerá el próximo viernes (19.30 horas) una relevante conferencia sobre la Fibrotomía gradual; una técnica para el tratamiento de personas con lesiones o parálisis cerebral que desde hace años se aplica de manera exitosa en la clínica de rehabilitación de Tula (Rusia).

El ponente de la charla, que estará abierta a profesionales del universo médico, familiares de afectados y cualquier persona interesada en el tema, será el cirujano, traumatólogo y ortopeda Alexey Repetunov, discípulo del cirujano ruso Ulzibat y uno de los cinco doctores que aplican a nivel mundial la Fibrotomía gradual, también conocida como técnica del doctor Ulzibat.

Después de impartir la conferencia, Repetunov permanecerá dos jornadas más en Soraluze "para realizar revisiones y valoraciones a los pacientes interesados", explica Feli Oregi, madre de un niño de 11 años con importantes lesiones cerebrales y una de las personas implicadas en la organización de la charla.

Según cuenta, su objetivo no es otro que "dar a las familias afectadas la posibilidad de conocer la técnica que emplea la clínica rusa para tratar a pacientes con lesiones o parálisis cerebral y otras dolencias como la fibromialgia". Tras su paso por la localidad de Debabarrena, el ponente ruso continuará con su labor divulgativa en Madrid y Galicia.

Mejor calidad de vida La soraluzetarra Feli Oregi está "encantada" con los resultados derivados de la aplicación de la técnica del doctor Ulzibat con su hijo Oier. Acudió por primera vez a la clínica de los doctores rusos en 2003 y asegura que desde entonces la calidad de vida del pequeño "ha mejorado considerablemente". Feli es consciente de que su hijo "no podrá hablar ni caminar nunca," pero considera que su situación actual poco o nada tiene que ver con la que tenía cuando comenzaron a visitar la clínica de rehabilitación de Tula.

"Acudimos por primera vez cuando Oier apenas tenía cuatro años. Entonces el niño no tenía capacidad de toser y tenía flemas de manera continua en la garganta, lo que cada mes o mes y medio le producía fiebres altas e infecciones", explica Feli.

Ante esa situación, prosigue, "los médicos de aquí nos decían que no había nada que hacer, que sólo podían suministrarle antibióticos y que teníamos que acostumbrarnos a vivir con ello".

Lejos de resignarse, los padres de Oier tuvieron conocimiento de la técnica del doctor Ulzibat (interviene en los músculos) y se desplazaron hasta Rusia para pasar consulta. Para ellos, aquella decisión adoptada hace ya siete años fue todo un acierto porque "operaron al niño y se acabaron los antibióticos". Más aún, "desde entonces Oier es capaz de toser, si tiene flemas las puede echar y no ha tenido más infecciones".

Esta soraluzetarra no tiene más que palabras de agradecimiento hacia el equipo médico de la clínica de Tula, en la que su hijo ha sido sometido a otras operaciones.

Según explica, "Oier no podía mantener sujeta su cabeza pero le operaron y ya no hay que ayudarle para que la mueva". El cuadro clínico del pequeño tampoco le permitía separar sus piernas, "pero ahora ya las tiene separadas y está mucho más tranquilo", añade.

Feli sabe que en casos como el de su hijo, con una lesión cerebral muy severa, "los milagros no existen". Aún así, considera que su calidad de vida y la del pequeño han mejorado "considerablemente" desde que comenzaron a aplicar la técnica de la Fibrotomía gradual.

Para ella, "la diferencia es impresionante". Por eso, anima a todas las familias con problemas similares al suyo "para que acudan a la conferencia de Soraluze y obtengan información de primera mano". Sabe que esa técnica "no vale para todos los casos", aunque insiste en que "merece la pena conocerla".

Desde su silla de ruedas, el pequeño Oier dedica una amplia sonrisa a su madre, como si quisiera confirmar sus explicaciones. "Ahora está mucho más contento y tranquilo, pero antes no era así; verle sonreír era prácticamente imposible", asegura esta madre para la que la sonrisa que le ofrece su hijo "ya justifica y compensa todos los esfuerzos y los viajes que hemos realizado para tratarle en Rusia".

Mientras su madre habla, Oier observa las correrías de Txiki, el perro del caserío. "Donde va Oier va Txiki", sentencia Feli.