Berriz Gure Naia es una embarcación con 20 años de historia. Pero desde hace un año permanece atracada en el muelle de Orio esperando a la licencia de desguace. Es otro barco más de los que los vecinos han visto desaparecer delante de sus ojos. En realidad, habría que matizar, ya que no es uno más, sino que se trata del último barco de madera de pesca que existe en el municipio, a diferencia de los de acero que se construyen hoy día.

"En esta ría hemos llegado a tener 28 barcos y ahora sólo contamos con ocho", dice el oriotarra Jabi con nostalgia a dos amigos Joaquín y José, mientras observan la embarcación. Todo el pueblo conoce el Berriz Gure Naia, que destaca por sus casi 40 metros de largo y 7,5 de manga. En palabras de Soco Romano, codirectora del Museo Naval de Donostia, "se trata de un buque singular por sus dimensiones, por quién lo construyó, ya que participó un carpintero de la Ribera conocido, Francisco Barrera; y, por lo que representa en Orio, ya que es la última embarcación de madera de la localidad".

Desde la Cofradía de pescadores de Orio reconocen que siempre es una triste noticia que desaparezca un barco. "Cualquier pérdida perjudica a toda cofradía, ya que no es lo mismo la imagen que tiene una que alberga siete barcos que la que dispone de 20", explica Ane, en representación de este organismo.

Si bien, se escuchan voces que están defendiendo a ultranza el futuro de esta embarcación. "Hay que concienciar a la gente de Orio y de Gipuzkoa de lo que está pasando; somos capaces de celebrar el Día del Besugo y decorar por todo lo alto nuestro pueblo y, sin embargo, nos quedamos de brazos cruzados para salvar esta reliquia que representa nuestra cultura marítima", sostiene Juan Gorostegui. Este oriotarra es el motor de la defensa incipiente que empieza notarse en el municipio, junto con amigos, pescadores y patrones.

Soco Romano, desde el Museo Naval, reconoce que la desaparición de este navío supondría la pérdida de un elemento muy importante de la historia marítima en Orio. Si bien, sabe por experiencia que mantenerlo no supone una tarea nada fácil, y menos en estos momentos. "Estaríamos a favor de que sobreviviera, siempre y cuando se garanticen unos mínimos y esto tiene que ver con el dinero", comenta la responsable del museo. Existen localidades como Lekeitio o Pasaia que han conservado embarcaciones. "Estos casos han sido posibles porque detrás hay proyectos muy serios que sostienen esta salida", asevera.

El armador de la embarcación ya ha tomado una decisión. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el propietario pero no ha sido posible. "Es una pena pero lo entendemos porque es su decisión; al fin y al cabo es su empresa", comentan desde la cofradía. Ojalá la defensa activa por parte de la gente de Orio se haga cada vez más intensa y eso pueda influir en el futuro, supuestamente ya marcado, del Berriz Gure Naia.