Donostia. ¿Cuál era la situación de la mujer antes de la Ilustración?

La mujer dependía del status social donde, al igual que en los varones, había grandes diferencias. Además de esto, sin importar el nivel social, siempre vivía en una situación de inferioridad o discriminación frente al varón, sobre todo si estaba casada. El régimen jurídico establecía que la cabeza de la familia era el varón y la mujer se encontraba subordinada a él. La mujer tenía limitado el acceso a cargos públicos, aunque paradójicamente podía ser reina; podía transmitir regimientos en los ayuntamientos, pero no ejercerlos; desempeñar ciertas actividades de necesidades básicas, como el comercio al pormenor, por ejemplo.

¿En qué contexto empezó la mujer a adentrarse en la vida pública?

Hubo dos aspectos muy importantes. En ciertos sectores sociales se dio un cambio en las costumbres y en las formas de relación social, que permitió que las mujeres accedieran a salones, cortes, reuniones..., que tomaran parte en la vida social de manera más activa. Por otro lado, la promoción cultural, ya que, entre otras cosas, aumenta la alfabetización femenina. En determinados grupos sociales se dan posibilidades de acceso a la lectura, al coleccionismo, al conocimiento. Todas estas mujeres ilustradas son mujeres intelectualmente preparadas. Y esto les permite criticar.

¿No resulta extraño que estas primeras mujeres que lucharon por participar en la sociedad fuesen mujeres acomodadas y moderadas?

Es lo mismo que pasa con los hombres. Los ilustrados no son campesinos ni comerciantes, son gente de los grupos sociales altos. El acceso a la cultura era un lujo en sociedades muy desiguales y donde el alfabetismo era muy alto. Las personas que no tenían que dedicarse todo el día a trabajar, las que se dedicaban a la formación y a la lectura, son las que pueden acercarse a la cultura. Son grupos privilegiados. Las mujeres tienen el estímulo social de ver que, si estudian algo, posteriormente pueden promocionarse.

¿Supuso un avance para el hombre la participación de las mujeres en la vida pública?

Sí, incluso lo reconocen los ilustrados, a pesar de ser muy misóginos. Esto obliga a aceptar unas pautas sociales más regladas. Cuando las reuniones son mixtas, normalmente, se mantienen unas reglas de cortesía, de moderación, el vocabulario se adecua a señoras... Se promueve una sociedad más amable. La convivencia entre los sexos es un beneficio para los dos. Existe un aprendizaje recíproco.

¿No existía entre los ilustrados cierto miedo a que las mujeres fuesen iguales o superiores a los hombres?

Más que miedo, había dificultades para reconocer el valor de la mujer. Los ilustrados achacaban a las mujeres que escribieran para ellas mismas o que no lo hicieran en latín. Había una resistencia a admitirlas en igualdad. La discriminación estaba en que, por formación y por falta de acceso, las mujeres sólo cultivaron unos géneros (novela, poesía, teatro), pero no tenían acceso a los géneros "serios", ni mucho menos a la ciencia. Había un rechazo a la integración plena de la mujer, grandes prejuicios.

¿Qué papel jugó la monarquía en este proceso?

Es una inducción importantísima. El papel de las reinas es un papel creciente a lo largo de la edad moderna. En el siglo XVIII encontramos reinas que gobiernan. Son mujeres poderosas. En las sociedades cortesanas, la reina cambia los usos sociales. Tiene un servicio masculino y femenino, llegan mujeres al entorno de la monarquía porque la reina se rodea de ellas. Este proceso de sociabilización entre los sexos se ve muy favorecido por el mundo cortesano.

¿Qué momento se vive ahora en esta distinción de sexos? ¿Han influido estas mujeres en la situación actual?

Han sido unas pioneras. Estas primeras mujeres que comenzaron un proceso social marcaron un camino. Hoy en día, muchos de los discursos de estas mujeres no serían válidos, pero abrieron ese camino que se constituye en un referente. Nuestra sociedad es completamente distinta, por la igualdad legal y política. La presencia de las mujeres es evidente y abrumadora, aunque aún queden temas por mejorar. El análisis de los proceso históricos dice que no son unitarios. No todas tenían el mismo discurso, pero sí han jugado un papel importante.