"ha habido mucho revuelo. Desde primera hora. La gente ya se había enterado. No de todas las víctimas mortales, pero sí del accidente. Lo habían oído en la radio, o lo habían leído en Internet, o se lo había contado alguien...", aseguraba el propietario del quiosco de venta de periódicos ubicado en la plaza Untzaga de Eibar. Según señalaba, los comentarios de los clientes habían sido constantes. "Muchos compraban el periódico y buscaban esa información, porque habían oído hablar de ella Y, claro, intercambiaban opiniones", indicaba. Y la escena que se vivía escasos metros de su comercio corroboraba que, efectivamente, la localidad no hablaba de otra cosa.
Porque, junto a una de las vitrinas que en esta plaza recoge las esquelas de los fallecidos del municipio, decenas de personas se detenían para ver si estaban o no las de los cuatro jóvenes muertos el día anterior. Las de Jonathan, Lidia, Eider e Izaro. "De momento no están", confirmaba una de las vecinas que se paraba para comprobarlo. Eran las seis de la tarde y, como ya había ocurrido por la mañana, Eibar estaba conmocionada.
"El golpe ha sido muy duro. Chicos tan jóvenes...", lamentaba una adolescente que hacía tiempo junto a otras amigas en ese mismo lugar. "Y, además, después de lo que sucedió con Marta Güenaga (la joven eibarresa que perdió la vida el pasado domingo tras ser atropellada en Marruecos)... El golpe ha sido doble", añadía otra de las vecinas que a esa hora pasaban por la plaza.
Una aproximación a cualquiera de los corrillos que se habían formado en ese punto del municipio, el más abarrotado, permitía ver que, efectivamente, la conversación giraba en torno a un solo tema. Las incertidumbres eran muchas, pero buena parte de las personas que allí se congregaban conocían de alguna manera a alguien cercano a las víctimas, cuando no a ellas mismas. "Era una chica completamente normal. Alegre, con los gustos típicos de su edad. No sé... Como cualquier otra chavala de 16 años", respondía una de las compañeras de colegio de Izaro. "Quizás el nombre más conocido es el de Lidia, porque es hija de Javier Fernández, habitual en el ambiente taurino y fotógrafo muy conocido en el pueblo", apuntaba otro vecino.
cuarta víctima mortal
Dudas e incertidumbre
Todavía a esa hora, muchos no habían escuchado el fallecimiento de la cuarta víctima. "No, que va. En la tele he escuchado que eran tres", contestaba sorprendido otro de los hombres que merodeaba por los alrededores de la zona en la que vivía el joven fallecido. Y no muy lejos de allí, la floristería Izadi no era ajena al revuelo suscitado. "Han venido muchas personas, sobre todo jóvenes, a encargar ramos. Pero tenían dudas sobre los funerales, no sabían muy bien cuándo se iban a celebrar", aseguraban desde este establecimiento.
Los comentarios llegaban también en relación a la causa del accidente. "No estoy segura, pero parece que él iba muy rápido", apuntaba una de las voces consultadas, en una opinión que empezaba a ser generalizada pero que nadie daba por segura. Porque, aunque ésta parecía ser una de las hipótesis policiales, no era un motivo confirmado. "Al parecer, la otra pareja -la que viajaba en la furgoneta- ha comentado que el coche se les echó encima. Pero no hay nada comprobado...", añadía otro vecino.
En lo que sí coincidían todos era en no recordar una medida anterior similar a la que ha adoptado el ayuntamiento para hoy. "Desde luego, yo no recordaba ningún luto. Al menos, no en los últimos años. Aunque también es cierto que hará muchísimo tiempo de una tragedia similar a ésta. Ha sido algo muy duro. Cuatro muertos, y tan jóvenes...", señalaba otro de los eibarreses que hablaba sobre el tema.
Algo más lejos de allí, cerca de la salida del municipio hacia Donostia, ex compañeros de trabajo de Jonathan -en la tienda de bicis Ciclos CDR- definían al joven, que trabajó en este negocio durante tres años y hasta noviembre de 2009, como "abierto, extrovertido y deportista". "Una persona con los gustos y los comportamientos acordes con esa edad", le definían.
Y, algo más lejos de allí, los más allegados recibían los féretros de las víctimas. A las 20.30 horas, el tanatorio Etxeberria de Elgoibar mostraba las esquelas de dos de las jóvenes -Lidia e Izaro- y anunciaba que el velatorio tendrá lugar desde las 10.00 horas de hoy y que el funeral de las tres chicas se celebrará a las 18.00 horas, también de hoy, en la parroquia de San Andrés Apóstol de Eibar.