Donostia. José Ángel Arregui, un religioso vitoriano que impartió clases en los colegios San Viator de Arrasate, Vitoria y Basauri (entre otros), permanece en prisión preventiva en Chile desde agosto del año pasado por presunta tenencia de pornografía infantil y por producir él mismo parte de esos vídeos. Según publicó ayer el diario El País, las pesquisas de los agentes chilenos comenzaron cuando, al investigar estas últimas grabaciones, se dieron cuenta de que los quince menores de catorce y quince años, que protagonizaban todo tipo de agresiones sexuales, tenían acento español. El juzgado de instrucción número 9 de Madrid abrió las diligencias.
Desde que inició su docencia en el colegio San Viator de Arrasate en 1979, Arregui impartió clases de Educación Física y Lengua en multitud de centros de esta congregación hasta 2007: desde el San José de Basauri y el San Viator de Vitoria, al San Viator y Nuestra Señora de Fátima de Madrid, y a los de Huesca y Valladolid. De momento, las investigaciones determinan que las grabaciones con cámara oculta empezaron en 1992, cuando empleaba el pretexto de que tenía que medir a los alumnos para su tesis doctoral sobre el crecimiento físico en la adolescencia para acceder a ellos. Curiosamente, esta investigación obtuvo en 2006 la calificación de sobresaliente cum laude.
En esos años Arregui trabajó en el centro de Vitoria, del que hay grabaciones. Alberto Elgoibar era entonces y sigue siendo ahora el director del colegio. "A principios de febrero vino la policía judicial a tomarnos declaración tanto a mí como a algunos profesores de esa época", comentaba ayer Elgoibar, que detallaba que los agentes les mostraron diversas imágenes con los rostros de las presuntas víctimas.
"El material que nos mostraron los agentes no era pornográfico", añadía el gerente del San Viator. Elgoibar explicaba que, en la capital alavesa, José Ángel Arregui impartió clases de Educación Física, Lengua y Trabajos Manuales en los cursos 1993/94 y 1994/95. "Era como todas las personas: con sus vicios y con sus virtudes, nosotros por eso respetamos aún su presunción de inocencia", señalaba.
Ante la pregunta de si el centro tuvo alguna vez quejas de Arregui, el director las negaba rotundamente. "Después de tantos años, de buenas a primeras ha salido esta noticia, pero nosotros no teníamos constancia", afirmaba Elgoibar.
Primer religioso imputado Arregui, de 53 años y primer religioso de origen vasco en ser imputado por haber cometido presuntamente un delito de abusos sexuales a menores, está acusado de acumular numerosas fotografías y vídeos de quince chicos de entre doce y catorce años. A falta de que la investigación de las autoridades chilenas y españolas determine cuántos de ellos sufrieron tocamientos y vejaciones en los dos colegios que la congregación tiene en Basauri y Gasteiz (el material incautado contiene también imágenes de un colegio madrileño), fuentes cercanas a la investigación indicaron ayer a este diario que la Justicia española tiene sobre la mesa la solicitud de extradición una vez que sea condenado en Chile, donde reside desde comienzos de 2008 y donde fue detenido en agosto de 2009.
Esta cuestión fue confirmada ayer por el abogado Ignacio Peláez, portavoz de la Congregación Clerical San Viator, que se ha personado como acusación contra los presuntos abusos sexuales cometidos por el religioso en tres de sus colegios. El titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid confiaba en haber tomado ya declaración al imputado a través de una videoconferencia, pero el fuerte seísmo registrado en el país andino ha obligado a retrasar hasta el próximo día 24, en principio, el primer contacto verbal con Arregui. "La idea es tomarle como imputado en la causa abierta en Madrid. Pero hasta que Chile no le enjuicie y le condene no se concederá la extradición", razonaba el portavoz de la Congregación Clerical San Viator.
Los responsables de esta comunidad religiosa, según comentó a este periódico Peláez, tuvieron conocimiento de este suceso hace apenas quince días, cuando agentes de la Guardia Civil se pusieron en contacto con ellos para pedirles más información relativa a la persona del religioso vasco. "Ellos son los primeros sorprendidos porque desconocían todo este tema. Nunca había habido ninguna denuncia, queja ni protesta de alumnos o padres. Están consternados con lo sucedido", añadía el letrado.
"Una persona sociable" Una de las personas que conoció a Arregui durante su estancia en Arrasate (previa a las grabaciones incautadas), el religioso Ángel María Ipiña, también mostraba su "sorpresa" por la noticia, tanto por la gravedad de su contenido como por la falta de sospechas hasta la fecha. "Hasta ahora nadie había venido diciendo que esta persona estaba haciendo este tipo de cuestiones", aseguraba, al tiempo que manifestaba su "estupor" por los hechos denunciados e instaba a cuidar a las presuntas víctimas.
Ipiña, que coincidió con Arregui durante "dos o tres años", no dudó, no obstante, de que los hechos puedan ser ciertos. "Parece que las pruebas están ahí. Y si es cierto que están, que no las he visto, no voy a dudar de ellas. Sólo faltaría que me pusiera una venda en los ojos y dijera que todo está amañado", señalaba, al tiempo que afirmaba desconocer explícitamente los abusos presuntamente sufridos por los menores.
El religioso, actualmente miembro del Consejo de Dirección del Colegio San Viator de Vitoria, definió al Arregui que él conoció en los 80 como alguien "en principio sociable", con sus "prontos", pero como "cualquier otra persona". "Por lo general, la sensación que yo tenía era la de que los alumnos le querían, era bien apreciado en clase y tenía unas relaciones normalísimas con el resto del claustro de profesores", comentaba, mientras recordaba que la congregación religiosa no ha podido personarse en el caso hasta levantado el secreto de sumario.
El religioso incidió en que la institución a la que él pertenece ha tratado el tema con absoluta "transparencia" y apostó por otorgar al asunto la mayor "claridad" posible. "Cuanta más luz haya, mejor para el propio José Ángel y para las víctimas. Que se aclare la verdad cuanto antes. Si él tiene que saldar temas con la Justicia, que los salde, que para eso está la Justicia. Y en cuanto a las víctimas, si finalmente las hubiera, que éstas puedan reconstruir sus historias", concluía.