pamplona. Las cuatro bolsas que José Diego Yllanes ocultó a varios metros del cadáver de Nagore Laffage se encontraban en "una zona escondida para que no fueran localizadas". En ellas el acusado introdujo, de un modo organizado, las pertenencias de la joven enfermera, los utensilios y armas que utilizó en el crimen, además de unas botellas de Coca-Cola.
Así lo entendieron los agentes de la Policía Foral que prestaron declaración ayer y explicaron que las bolsas estaban depositadas en un lugar oculto, debajo de unos matorrales y cubiertas con un plástico transparente. En ellas se encontró el dedo de la víctima, así como su documentación personal, su bolso, ropa interior, zapatillas y "todo aquello que pudiera identificarla".
Debido al contenido más o menos coincidente, ya que en otra bolsa se halló el machete usado por Yllanes, la cinta aislante, unas tijeras y las bolsas de basura con las que cubrió el cuerpo, los investigadores coincidieron al valorar que el procesado "fue pensando qué meter en cada bolsa".