pamplona. A la vista de los testimonios ofrecidos por el entorno laboral y de amistades de José Diego Yllanes Vizcay, el autor confeso de la muerte de la joven Nagore Laffage, quedó claro ayer en la cuarta jornada del juicio que el muchacho era aplicado, responsable, comprometido y, al parecer, sereno. Desde luego, la mañana del 7 de julio de 2008 Yllanes no destacó por emplearse con ninguna de estas cualidades que se destacan de su persona desde diferentes foros. En la sesión vespertina de ayer, que los padres de Yllanes presenciaron íntegramente (el dolor de la madre y su rostro desencajado es también patente durante la vista), desfiló por el micrófono de los testigos la cuadrilla de Pamplona de la que formaba parte el acusado.

Reseñan de José (así le llaman) su temperamento sosegado y pacífico, poco frecuente de las juergas aunque intenso en algunas de ellas, competitivo en las notas y un buen hombro en el que apoyarse. Entre los tres amigos de toda la vida del colegio San Cernin testificaron que "nunca hemos tenido una pelea con nadie y José Diego no se caracteriza por enfadarse. Nunca le he visto perder el control por el alcohol", dijo uno, y otro añadió: "No era de prontos, ni reacciones bruscas, sino de pensar las cosas. No buscaba emborracharse más que los demás, ni le he visto frustrado porque las chicas le rechazaran. Era el más aplicado de la cuadrilla". El último amigo declaró que nunca le preguntó a Yllanes por el episodio de hace años en el que sufrió un coma etílico, con positivo en anfetaminas. "Era un tío sano y muy deportista, nunca tomó drogas", indicó. "Con sus novias su relación era normal, se volcaba", zanjó.

La labor docente y profesional de Yllanes también salió a colación ayer en la sala. Un profesor de San Cernin señaló que "era muy perfeccionista", mientras que el director de su tesis doctoral, que versa sobre el Alzheimer, indicó que "aceptaba bien las correcciones". Un compañero de Psiquiatría reflejó que Yllanes "era sagaz y hacía bien su trabajo", "sólo imagino que por el alcohol o la droga, que no creo que consumiera, perdiera la tranquilidad". El tutor de Yllanes lo definió como "atento y cariñoso con los pacientes" y aclaró que "nunca hemos visto una patología mental en él".

Por último, otro consultor clínico de la CUN de Psiquiatría, ofreció una versión particular sobre la pasión: "José Diego era dócil, no te llevaba la contraria. Lo que pensé al saber los hechos es que si él podía hacer una cosa así, yo también lo podía haber hecho. No me considero ni mejor ni peor persona. Puede haber gente que, afectados por fuertes emociones, pierdan la razón y el control. El miedo a complicarse la vida hace reaccionar de modo irracional".