Bermeo. La violencia pirata en aguas internacionales está registrando un salto cualitativo importante por cuanto la zona donde se producen los asaltos e intentos de secuestro se está extendiendo hacia la zona central del Océano Índico, un espacio considerado seguro hasta la fecha. En la mañana de ayer, el Iria Flavia, buque auxiliar de la flota atunera de la empresa Albacora de Bermeo, sufrió el ataque de una embarcación pirata cuando se hallaba a unas 1.230 millas (más de 2.200 kilómetros) de la costa de Somalia, en la zona central del Índico. Se trata de la distancia que separa Donostia de la capital de Dinamarca, Copenhague. El punto donde se produjo en la jornada de ayer el intento de asalto al barco bermeano está más cerca de la costa de India (830 millas) y Sri Lanka, que del continente africano.
Los diez tripulantes del barco auxiliar avistaron una pequeña embarcación por la proa e inmediatamente el patrón del Iria Flavia, Jesús Mari Bilbao, alteró bruscamente el rumbo del barco para abrir máquina y tratar de zafarse del asedio pirata. El barco estaba en una zona "tranquila", según definió Bilbao, que se hallaba al doble de la distancia de la costa que la que se encontraba el atunero Alakrana cuando fue apresado el día 2.
El buque bermeano realizó diversas maniobras para evitar que el esquife que les perseguía lograra acercarse a su costado. Con los piratas en una lancha ligera con motor fuera-borda a pocos metros de la popa y navegando a apenas nueve millas de velocidad, el Iria Flavia no contaba con muchas opciones de escapar.
Afortunadamente, tras media hora de refriega, el buque asaltante quedó atrás, probablemente debido a una avería mecánica. La embarcación bermeana continuó navegando a toda máquina tratando de alcanzar el archipiélago de Chagos, grupo de islas bajo jurisdicción británica, situado en el centro del Índico.
El ataque fue perpetrado por un grupo de piratas a bordo de una pequeña lancha de apenas cinco metros de eslora. Cabe suponer que en las inmediaciones de la zona se hallaba la nave nodriza desde donde fue botado el esquife atacante. "Una pequeña embarcación de cinco metros no llega desde la costa a un punto situado en medio del océano a más de 2.200 kilómetros de Africa", señalaron desde el sector atunero.
La empresa Albacora cuenta con la principal flota atunera de Europa, con una veintena de buques trabajando en aguas del Atlántico, Índico y Pacífico. El Iria Flavia cumple labores de buque de apoyo de los atuneros Albacan y Albatun Dos y cuenta con una tripulación compuesta por diez hombres, tres bermeanos, responsables del puente y la máquina, y siete marineros africanos. Después del tremendo susto sufrido, los arrantzales se pusieron en contacto con sus familias para enviarles un mensaje tranquilidad y tiene previsto poner rumbo hacia Mahe, Port Victoria.
crece la preocupación Este intento aumenta más si cabe la preocupación y la sensación de inseguridad en el sector atunero-congelador. Los primeros ataques se producían cerca de la costa de Somalia. Posteriormente, sin embargo, los piratas comenzaron a secuestrar buques pesqueros para emplearlos posteriormente como buques nodrizas desde donde perpetrar ataques en alta mar.
Mientras, hoy se cumplen 30 días desde que el Alakrana fuera secuestrado. Ayer, responsables de la empresa armadora, Etxebastar, tuvieron la oportunidad de hablar con miembros de la tripulación del atunero capturado. No obstante, no se produjo ningún tipo de contacto con los captores.