EnTRE los montes de Navarra, en Etxarri-Larraun, se encuentra el Centro Medioambiental Arotz-Enea, un espacio que, durante estancias cortas, acoge a escolares de entre seis y catorce años para tratar de favorecer las actitudes relacionadas con el respeto y el cuidado del medio ambiente. El objetivo fundamental de los encuentros se basa en enseñar a los más pequeños a vivir experiencias enriquecedoras para que en el futuro tengan conciencia del bienestar común, social y natural.

El centro, impulsado por la Obra Social de Kutxa, cuenta con un pabellón de 650 metros para las actividades y talleres, además del gran edificio en en que se ubican las habitaciones para los alumnos y profesores. Con un entorno rodeado de campos verdes, la naturaleza se convierte en disfrute para todos los visitantes. Esta iniciativa lleva cosechando éxitos entre los más pequeños desde hace ya varios años. Además, la entidad ha desarrollo diversos proyectos pioneros en sostenibilidad y desarrollo medioambiental.

930 hectáreas

Reforestación autóctona

Como indica Carlos Ruiz, director de Comunicación y Obra Social de Kutxa, ya en el año 1902 nació un departamento de servicio forestal que se dedicaba, desde esos remotos tiempos, a controlar y gestionar la tala y reforestación de los bosques guipuzcoanos. En aquellas fechas, sólo en los bosques de este territorio existía un 15% de árboles que se enfrentaba a una potente industria papelera, que contribuía indudablemente a un elevado índice de consumo de madera y, por tanto, a una tala masiva de árboles.

Según Fernando Otazua, experto en bosques, este mismo año, muchas zonas de Gipuzkoa han sido reforestadas con especies frondosas y autóctonas, que promueven hábitats para la diversidad biológica de diferentes especies de flora y fauna.

Por otro lado, la repoblación de árboles contribuye de forma positiva a la captura de carbono (CO2), uno de los causantes del calentamiento global. Dicha obtención ocurre cuando los árboles plantados llegan al desarrollo de su madurez total y absorben el CO2, que se convierte en materia beneficiosa para ellos. De esta manera, cuantos más árboles sean plantados, más carbono podrá obtenerse.

Bosques como el Markes Baso, ubicado entre Azpeitia y Zestoa; Aldaba, entre Albiztur y Tolosa; Itola, en Beasain; Mizpirieta y Talobaso, en Zestoa; Belkoain, en Andoain; Ardume, Amestigorrieta y Aiatxarea, en Aia; Gurutze Azpia, en Beasain; Erdoizta, en Errezil; y Larraskondo, en Idiazabal, han sido poblados de diferentes especies arbóreas como pinos, abetos, castaños y robles.

Esta iniciativa de desarrollo de la biodiversidad ha propiciado la protección de varios corredores ecológicos en la CAV. Estos últimos conforman los caminos utilizados por los animales y previenen la desaparición de especies. Con diferentes programas y acciones medioambientales, Kutxa ha desarrollado alternativas para minimizar el uso de recursos naturales; reducir la contaminación y ayudar a combatir el cambio climático; impulsar la sensibilización y la educación medioambiental y promover la conservación de la biodiversidad.

El territorio de Gipuzkoa puede considerarse precursor en materia de educación y protección del medio ambiente, no sólo por los distintos proyectos que llevan a cabo entidades y empresas nacionales, sino por la educación y la sensibilización de los ciudadanos del presente y del futuro.