“La gente me ha donado material para que pudiera seguir cosiendo mascarillas”
Raquel Oliver, diseñadora de moda, también se ha visto muy afectada por la situación de la pandemia, y a lo largo de estas semanas ha visto cómo disminuían los pedidos en su taller Sorika de Alza, en Donostia. Así, decidió empezar a coser mascarillas, principalmente para empleadas de supermercados y una asociación del barrio. Pronto se correría la voz entre los vecinos y ha terminado triunfando con sus originales y coloridas protecciones.
¿Qué es lo que le animó a hacer mascarillas?
Todo empezó gracias a las primas de mi marido. Ambas trabajaban en un supermercado y tenían miedo de trabajar sin protección. En ese momento es cuando me di cuenta de que tanto ellas como otros muchos las iban a necesitar, así que me animé a hacerlas.
Es modista. ¿Qué tipo de trabajos suele realizar?
Yo soy autónoma y trabajo sola en mi taller Sorika del barrio de Alza. Hago todo tipo de prendas a medida, sobre todo vestidos de novia, de invitadas, para fiestas, o ropa de calle a medida. Todos mis vestidos los hago por encargo y estoy muy contenta con todas mis clientas.
¿Cómo ha compaginado la confección de mascarillas con otros encargos?
La verdad es que la mayoría de los encargos que tenía para estos meses me los han aplazado. Casi todas mis clientas han aplazado sus bodas, por tanto, los pedidos que tenía para esta primavera y este verano se han retrasado a los meses de otoño, y otros muchos han quedado para el año que viene. Así, al no tener apenas trabajo, he tenido tiempo para dedicarme a coser mascarillas en mi casa.
¿Con que material las ha confeccionado? ¿Ha sido fácil lograr el material necesario?
Empecé con algodón 100%, con telas que tenía en mi casa. Durante estos dos meses, he vivido de los ahorros y tuve que empezar con el material que ya tenía, incluso con material de mi taller. Por otra parte, también he recibido ayuda de la gente que me conoce. La mercería Conchi del barrio me donó goma, la tienda Magestic de Pasaia también, incluso un par de clientas vinieron a traerme material. Además, también empecé a publicar fotos de mis mascarillas en la cuenta de Instagram de Sorika Couture y mucha gente se ha puesto en contacto conmigo. Toda la tanda de mascarillas realizadas con el material donado la he repartido entre trabajadoras de supermercados y a una asociación. No he cobrado ninguna.
Al final se ha corrido la voz y no ha parado.
Es cierto, empecé con unas pocas, pero, finalmente, el boca a boca ha conseguido que tenga bastante trabajo, porque se me han llegado a acumular muchos encargos. A mucha gente le han gustado mis diseños.
¿Qué tipo de protección es?
Las primeras mascarillas eran solamente de algodón, era lo que tenía por casa, pero a medida que los clientes me iban haciendo encargos, he tenido la opción de comprar tela homologada e higiénica. Así que, aunque sea de tela, esta mascarilla también ofrece protección del exterior. Además, le doy un toque de color con telas de bonitos estampados.
Sus vecinos y clientes insistieron bastante en pagarle por ellas.
Es verdad. A mis amigos y familia no les he cobrado nada, pero los que me contactaban para encargos insistieron mucho en pagarme. Yo en ningún momento quise cobrarlas, me parecía una manera de aprovecharse de la situación, pero insistieron: “Si te pagamos podrás seguir cosiendo y seguirás ayudando a otras muchas personas”. Así que las puse a 5 euros, lo justo para poder comprar material para seguir cosiendo y a la vez no perder dinero.
¿Se ha planteado seguir cosiendo mascarillas a la vez que sigue con su taller de ropa a medida?
Ha sido una iniciativa solidaria, lo hice por ayudar y por amor al arte, pero terminaré los últimos encargos y volveré al taller a seguir con mis vestidos. Ya he comunicado a la gente que cuando termine las 130 mascarillas que me quedan por coser, volveré a mi taller. Me ha gustado mucho la experiencia pero ahora mismo no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría.